Derechos Humanos en las paredes de El gran Café de Cáceres. Exposición de Amnistía Internacional

Las crónicas de Cora
Cora Ibáñez

Amnistía Internacional en Las paredes del Gran Café

El año pasado se conmemoró el 40 aniversario de Amnistía Internacional en España. Desde sus comienzos esta organización, como tantas otras, mantiene una ardua lucha por defender los derechos humanos en su mayor exponente.

Promovida por esta institución, Las paredes del Gran Café, se visten en estos días con ilustraciones de diferentes artistas plásticos, que han puesto su ingenio y su arte en plasmar en láminas, los 30 artículos que componen la Declaración de los Derechos Humanos.

La idea de fomentar el respeto hacia esos derechos fundamentales fue la que inspiró esta exposición tan ecléctica, en la que se mezclan las técnicas y los colores puestos a disposición de unos ideales que nunca debemos olvidar. Esta tarea, en la que se vierten a partes iguales, la impotencia y frustración por ese panorama negativo que nos arroja diariamente los actos inhumanos de esta sociedad y la esperanza en la propia naturaleza y en la actitud de muchas personas motivadas para renovar la esencia primigenia de la humanidad, esa que debería trabajar en conjunto para paliar las desigualdades y las injusticias que asolan los pueblos y su desarrollo.

Se mezclan las técnicas y los colores puestos a disposición de unos ideales

La incapacidad que a veces nos frustra, cuando asistimos como impávidos espectadores a las informaciones que nos arrojan las noticias y que vemos como causas externas y lejanas, se traduce, en esta ocasión y a través de esta colección en la que se mezcla el trabajo artístico y la principal causa que mueve esta institución: la libertad; en la intención de convertir en huracán la simple brisa individualizada de esos impulsos que nos mueven a defender los derechos humanos con todas las fuerzas de las que disponemos.

Esta muestra no es más que una pequeña mota dentro de un conjunto de acciones y trabajo solidario y desinteresado de una parte de la sociedad que promueve los intereses generales en contraposición a la vulnerabilidad de la que se visten multitud de sectores que miran para otro lado, las situaciones de millones de personas más desfavorecidas, muchas veces por el simple hecho de haber nacido en otros países. La pobreza, las miserias provocadas por las guerras, las diferencias entre religiones, la desigualdad en cuestión de género, la falta de libertades y derechos, nos aboca a un destello que debe nacer en cada persona, con la idea del cambio radical en estas actitudes antinaturales, y que se nos presentan a través de estos trabajos dejándonos, si acaso, un destello de esa parte de culpabilidad que arrastramos con la necesidad de poner al servicio de la sociedad, nuestra ayuda ante tantas injusticias.

Artículo anteriorUnas inoperantes reglas de ortografía
Artículo siguienteLa herencia

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí