Reflexiones de un tenor
Alonso Torres
El otro día leí un reportaje en una revista pseudohippie que me sonó a camelo de tipo buenrollista, una cosa para “apaciguar” las almas extraviadas de los niños perdidos occidentales, y digo niños porque hay una infantilización en casi todo (desde el lenguaje a las relaciones sociales, pasando por… ¡por todo!), aunque el artículo estaba destinado a los adultos (je, je, adultos que se mandan emoticonos redonditos y sin aristas por el wuassap para decir cualquier gilipollez a alguien que no está a su lado), sigo, que me enciendo; digo, que el otro día leí un artículo que era ridículo (para mi forma de ver y entender el mundo)…
A ver si llega ya “El Evento” y se va pal carajo todo de una puñetera vez
Y cuando lo terminé de leer, buscando algo bueno por “las redes”, que seguro que lo hay, vi la noticia, recientísima, de la muerte del vate, religioso y guerrillero, Ernesto Cardenal, y manifesté mi pensamiento en voz alta, “¡mierda, mierda, mierda!”, y también pensé en el padre Paltrinam: chaval que fuera indisciplinado y cabroncete, casi hijodeputa, que como Saulo camino de Damasco, vio la Luz, abrazó la vida religiosa y tras sufrir con los más pobres de los pobres (favelas de Brasilia) las injusticias del mundo, y leer el Evangelio (Nuevo) y a Küng, se pasó al campo revolucionario (Teología de la Liberación, <<el objetivo último de todo revolucionario, cristiano o no, es la victoria>>) armas en ristre, y de derrota en derrota (hasta la victoria final), acabó sus días en el Sur del Sur de Chile, con los mapuches, esos a los que nadie ha vencido.
A ver si llega ya “El Evento” y se va pal carajo todo de una puñetera vez y yo puedo ir armado (palo grueso de nogal, lanza, espada, ballesta, arco, escopeta y pistola no registrada) por los campos, que me darán de comer (eso espero, si no queda la posibilidad del canibalismo –“The road”, libro de Corman MacCarthy), y mandar, a quien considere necesario/oportuno, palomas mensajeras para comunicarme (y no estúpidos emoticonos), y es que el artículo leído en revista pseudohippie que me ha “encendido” decía que las tres formas más guaiss de rebelarse contra el mundo-mundial son caminar, leer y estar callados. Joder!, qué a gustito me ponía a escuchar a Cardenal y a Paltrinam sus opiniones sobre esas formas ñoñas de rebelión (para atormentados occidentales, incapaces, como yo, de abandonar el sillón y empuñar un AK-47).