Reflexiones de un tenor
Alonso Torres
Me pongo a escribir (tengo mil frentes abiertos; “frentes” como sinónimo de libros comenzados y no terminados; relatos que se alargan y se perpetúan; cuentos que recorto quedándose lejos de lo que quería expresar; escritos que se paralizan porque me entran ganas de escribir otra cosa sin finiquitar lo anterior; inicio y no concluyo casi nada, y es que mi imaginación va mucho más rápido que mi mano, ¡y no digamos que mi pereza!, ¡puff!, fui lector en mi juventud de Melville, y su personaje Bartleby, me hirió, <<preferiría no hacerlo>>, decía el tío capullo… Empiezo, me pongo a escribir con música “de fondo”, hoy en concreto con el disco titulado “Smile”, que Brian Wilson, líder espiritual de los Beach Boys, tardó en sacar al mercado treinta y cinco años (je, je), ¿él también leería a Melville?
He comenzado otra historia literaria (“¿soñaré?”, le preguntó en la película 2001 Odisea En El Espacio el ordenador que iba a ser apagado, HAL 2000, al colega que iba a desconectarlo; y yo me pregunto, ¿la terminaré?, la respuesta en ambos casos es la misma, “no lo sé”), se titula, De Naranjito A Curro, y en ella se narran las “aventuras” de un chaval que cuando nació la mascota mundialista tenía doce años, y cuando se celebró lo de la Expo alcanzó los veintidós; lo de Coby también entra/entrará porque las Olimpiadas sirvieron para trazar nuevas vías en la Ciudad Condal, abrirla definitivamente al mar, echar a las putas viejas del Raval (luego regresaron) y sobre todo, para el latrocinio, o sea, como lo del Mundial y lo de Sevilla: “roba, que sale gratis”.
Y todo ha comenzado porque en el ordenador, cuando escribo, como he dicho en otras ocasiones (incluso en esta columna) busco música para escucharla hasta que mosqueado la quito porque no me entero de lo que estoy haciendo (ni escucho ni leo ni escribo), y unas cosas llevaron a otras yyyyy, y apareció Bibi Andersen cantando “Ay, ay, ay” en un video de 1982, y poco después La Xuxa interpretando “Sensación de vivir”, una paupérrima canción nacida a partir de una serie de televisión de jóvenes gilipollas de 1992, y me dije, “¡qué desfase en todos los sentidos y aspectos durante aquellos años en España!, se había terminado la inocencia, murió poco antes Franco pero dejando herederos, habíamos superado un preparado golpe de estado, se estaba pergeñando el pelotazo urbanístico, España estaba de moda en el mundo, y yo me la meneaba pensando en Boy George, cantante de Culture Club, en Bibiana Fernández, y por supuesto, en Xuxa, ¡qué pedazo de historia!”.