Votemos. Emilia Guijarro.

Lunes de papel
Emilia Guijarro

El próximo 26 de mayo volvemos a estar llamados a las urnas, tenemos elecciones municipales y autonómicas. Dicen los analistas que son una segunda vuelta de lo que ya votamos el 28 de abril. Y es posible que así sea, porque más allá de la diferencia entre elegir un gobierno nacional o autonómico y municipal o europeo hay cuestiones y valores que afectan a todos los ciudadanos, y que están presentes en todos los procesos.

Pero hay algunas cuestiones que afectan especialmente a las mujeres: la seguridad ciudadana, la protección a las personas dependientes, la participación política y un largo etc., que no se puede detallar en tan corto espacio. Y que no se defienden igual desde gobiernos de derechas o de izquierdas. Un ejemplo reciente lo pone de manifiesto el gobierno de Pedro Sánchez que ha vuelto a cotizar por las mujeres que cuidan de sus familiares dependientes, una medida que beneficia a las cuidadoras para su futura jubilación y que fue eliminada por Mariano Rajoy. 16000 mujeres se han visto beneficiadas por esta medida.

Se cierne sobre nuestro país una ola de intolerancia contra los avances de los derechos de las mujeres. Se cuestiona la ley Violencia de Género, se cuestiona su funcionamiento, se cierran servicios allí donde gobiernan determinados partidos de derechas, cuando en nuestro país, solo en el último año han sido asesinas cerca de un centenar de mujeres. Hay una resistencia al cambio y privilegios que quien los tiene no los quiere perder.

Las mujeres tenemos mucha responsabilidad en el vuelco electoral de las pasadas elecciones. Vimos las orejas al lobo, y respondimos con nuestro voto, porque sabemos que nada está ganado de antemano en ninguna parte del mundo.
 Esta semana hemos visto la entronización del emperador Naruhito, en Japón, un país referente en avances en Asia. Ninguna mujer de la casa imperial ha asistido a los fastos de la ceremonia de entronización. Su legislación no lo permite.Tampoco su hija podrá suceder a su padre en la sucesión cuando éste muera. Todo un anacronismo en pleno siglo XXI en un país, en el que a lo largo de su historia ha tenido a ocho emperatrices gobernando, y que es un referente en cuanto a avances tecnológicos y e industriales, pero que después de la Segunda Guerra Mundial cambió su legislación y excluyó a las mujeres del trono.
Votemos todos, pero sobre todo las mujeres, votemos como si fuera un ocho de marzo. Hagámoslo por todos pero sobre todo, hagámoslo por nosotras.

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