El peligro de la extrema derecha. Víctor Casco.

Con ánimo de discrepar
Víctor Casco

Durante la pasada campaña electoral, el partido de extrema derecha liderado por un nutrido grupo de ultras que se dieron de baja del Partido Popular para seguir chupando del bote (empezando por Abascal, una parte sustancial de sus dirigentes no han conocido más experiencia laboral que el estar a sueldo “del partido” o gozar de una sinecura dada a dedo) convirtió a los Centros de Acogida de Menores Extranjeros en su diana favorita. Candidatos a alcaldes y presidentes se hicieron fotos frente al Centro de Hortaleza destilando odio y bilis. Señalaron a sus ocupantes. Despojaron a los niños de toda humanidad. Propalaron bulos y falacias. Nada los detuvo: ni la compasión, ni la dignidad, ni el honor, ni el respeto. Así es la extrema derecha española: carente de toda ética.

Poco después de semejante hostigamiento, el Centro empezó a recibir llamadas amenazantes, pintadas y hasta conatos de agresiones. Grupos neonazis han convertido el Centro de Hortaleza en Madrid en su campo de batalla. Mientras escribo estas líneas, los medios de comunicación nos informan que han lanzado una granada (un explosivo) contra él, afortunadamente intervenido y neutralizado por los TEDAX.

Estamos a tiempo de reaccionar antes de que estos bárbaros se hagan con las riendas del poder

Unos señalaron. Luego, llegaron las consecuencias. La estrategia de la extrema derecha es un calco perfecto y nítido de la estrategia seguida por los nazis alemanes para obtener el poder en 1933. A saber:

      1. Principio de simplificación: buscar un enemigo único y convertir a todos sus adversarios en ese enemigo único: los rojos, los gais, los inmigrantes, los independentistas, las feministas: la AntiEspaña
      2. Principio de exageración. Cualquier trivialidad se convierte en una amenaza grave.
      3. Principio de orquestación: hacer del bulo un instrumento preferente. “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad” en las palabras del ministro nazi Goebbels.
      4. Principio de nacionalismo extremo. Que tus peores propuestas sean presentadas con un bonito lazo decorativo o escondidas tras una bandera. ¡Por España! ¡España! ¡España!
      5. Principio de unanimidad. Hacer creer a la gente que todo el mundo piensa como ellos.

Estamos a tiempo de reaccionar antes de que estos bárbaros se hagan con las riendas del poder. Luego, cuando nos toque a nosotros, cuando usted, amigo lector, también esté en su lista de enemigos, lamentaremos no haber hecho nada porque “primero vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque yo no era judío…”

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2 COMENTARIOS

  1. 1. Principio de simplificación: buscar un enemigo único y convertir a todos sus adversarios en ese enemigo único: los fachas, los cisheteros, los patriotas, los liberales, los católicos: el Estadospañol.

    2. Principio de exageración. Cualquier trivialidad se convierte en una amenaza grave. Como el «auge de Vox» y de la extrema derecha (cuando la coalición de Falange Española, Falange Auténtica, Alternativa Española y Democracia Nacional ha tenido poco más de 300 votos).

    3. Principio de orquestación: hacer del bulo un instrumento preferente. “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad” en las palabras del ministro nazi Goebbels. Como que el turismo es el motor económico de España o que el cambio climático es culpa única y exclusivamente de la antropización (además dentro de un discurso escatológico legitimado bajo el paraguas de «según un estudio»).

    4. Principio de nacionalismo extremo. Que tus peores propuestas sean presentadas con un bonito lazo decorativo o escondidas tras una bandera. ¡Por la Tierra! ¡la Tierra! ¡la Tierra!

    5. Principio de unanimidad. Hacer creer a la gente que todo el mundo piensa como ellos. Y si no lo haces eres un disidente que no cree a los «estudios 100tíficos» que van a decir que el fin está cerca (como en la Edad Media lo hacía el cura subido al púlpito; qué ganas de ver al Santo Oficio Ecologético).

    Oiga pues sí… a ver si vamos a estar viviendo en un discurso oficial nazional-socialista que ya se ha hecho con el poder y no lo sabíamos…

    • Estás describiendo perfectamente a Vox, pero es comprensible si te han comido tanto el tarro como hizo el partido nazi con su propaganda para adoctrinar al pueblo alemán con mentiras, propaganda, bulos y difamaciones , y así salir democráticamente victorioso, estrategia calcada a la que usan los partidos de extrema derecha incluyendo a Vox. Otra es que, como dije al principio, ya hayan conseguido adoctrinarte y tragarte cada bulo y mentira que dicen, y eso os deja a ti y personas como tú al nivel de inteligencia, cultura y criterio propio de un terraplanista.

      Vox práctiamente vive de los bulos y la desinformación, y tú les aplaudes, les votas y encima piensas que son los que rescatarán a una españa hundida. Piensas que hablan y actúan por el pueblo, pero solo se acuerdan de ti si puede sacar rédito político para una vez llegados al poder, favorecer y enriquecer únicamente a los ya ricos y, por supuesto, enriquecerse ellos y que se joda la clase obrera o la clase media-baja. Estás votando a alguien que tuvo un sueldo muy superior a la media española «trabajando» (recalco las comillas) para el PP, hasta que fue despedido y tuvo que fundar su propio partido más afín a su amor por la españa de la dictadura en la que te fusilaban por pensar o ser diferente que no fuera la dictada por el generalísimo, para seguir engordando su bolsillo, disfrazando de patria los mensajes de odio, racistas, xenófobas y ultraconservadoras propias de una extrema derecha típica de hoy en día.

      Por supuesto, una persona que añora una España arruinada por una dictadura, que prefiere glorificar a esos soldados que lucharon a favor de los nazis que en si quiera recordar a las víctimas perseguidas y fusilabas por el franquismo, que usa las victimas del Covid y se acuerda de la pandemia solo si es para sacar rédito político, que no para de crear bulos y difamaciones sobre sus contrincantes y movimientos o ideas no acordes con su ideología de extrema derecha hasta el punto de haber pretendido amenazar con la censura o la ilegalización, es lo que necesita España ahora mismo.

      Viva Vox, viva el rey elegido por un dictador, viva una España sin libertad, sin solidaridad, racista, homófoba, clasista y xenófoba, que piensa antes en los ricos y amigotes que en el propio pueblo español, donde la manipulación de la historia y la información estará a la orden del día. ¿Cómo? ¿Dices que estoy exagerando? Solo hay que ver el recorrido de Vox, sus mensajes, sus Tweets, su forma de actuar y su programa. Si aun así me lo niegas, pues lo siento pero tienes una gran venda en los ojos, tal como los alemanes que se dejaron engañar por el nazismo. La diferencia entre esa época y hoy, es que hoy la información está a la mano de cualquiera con un ordenador o un Smartphone, así que quien elija tragarse la propaganda asquerosa de Vox y de su presidente Abascal, no es culpa de nadie salvo de quien se ha dejado lavar el cerebro.

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