Trasplantes y pandemia: ¿Cómo se aborda esta situación con la crisis del COVID-19?

Como es sabido, la pandemia por COVID-19 lo ha paralizado casi todo en España. Así, toda la sociedad se esta viendo afectada de alguna u otra manera. Por si fuera poco, la sanidad está saturada y faltan medios.

Cabe resaltar que en numerosos hospitales han tenido que habilitar camas de UCI en antiguas bibliotecas o incluso en los quirófanos. A pesar de todo, el Sistema Nacional de Salud (SNS) español está más en forma que nunca. Además, no hay que olvidar que nuestro país es el es líder mundial en materia de donación y trasplante de órganos.

Donaciones durante la pandemia 

Según la directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil, hasta el pasado 13 de marzo la actividad se mantenía en niveles muy elevados. Los datos hablan de una media de 7,2 donantes y 16,1 trasplantes diarios; «cifras superiores incluso a las del año pasado».

Posteriormente, una vez declarado el estado de alarma, el día 15 de marzo, la actividad de donación y trasplante «se ha reducido de forma sustancial, pasando a una media de 1,1 donantes y 1,8 trasplantes diarios», según explica la también doctora en Medicina.

Este descenso se debe a dos motivos: la saturación del sistema sanitario y que muchos trasplantados deben permanecer varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). 
«Recordemos que la donación de personas fallecidas ocurre en las UCI y que gran parte de los pacientes trasplantados han de estar ingresados en estas unidades durante el post-trasplante inmediato», explica Domínguez-Gil.

«Aunque existe poca información al respecto, se prevé que la infección en los pacientes trasplantados (están inmunosuprimidos) sea más grave que en la población general. El esfuerzo por evitar la infección en este grupo de pacientes en un contexto donde los espacios libres de Covid-19 son limitados, también explica la reducción en el número de procedimientos», afirma.

Así las cosas, los equipos se están viendo forzados a limitar la donación. También es prioritario realizar un trasplante a los pacientes que son de extrema gravedad o que tengan grandes dificultades para trasplantarse por sus características inmunológicas y/o antropométricas, retrasando procedimientos menos prioritarios. «En el momento actual, cada centro valora su situación y las acciones que puede acometer», detalla la directora de la ONT.

Por tanto, en pleno auge de la epidemia, la red de donación y trasplante continúa con su labor pero adaptándose a esta nueva situación. La misma acarrea muchos problemas logísticos. Por eso, están llevando a cabo  «soluciones imaginativas e innovadoras».

Con esta emergecia sanitaria, los coordinadores de trasplantes, que suelen ser profesionales de UCI, están realizando un sobre esfuerzo poder atender a los pacientes con Covid-19. A su vez, están pendientes de que los pacientes que esperan un órgano no pierdan su oportunidad. Lo que sí está claro es que cuando acabe la crisis, todo volverá a la normalidad en el programa nacional de donación y trasplante.

«La situación a la que nos enfrentamos es dinámica, cambia a diario, y requiere de una gran capacidad de adaptación, a la que la red española de donación y trasplante ya está muy acostumbrada. Evaluamos el impacto periódicamente. No obstante, buscamos preservar la actividad en la medida en que la epidemia lo permite, al tiempo que se garantiza la seguridad de los pacientes y de los profesionales sanitarios», añade.

Pacientes graves y niños

«Muchos centros están en la fase de limitar los procedimientos a los pacientes graves cuya vida depende de un trasplante y a los pacientes con mayores dificultades para trasplantarse, como es el caso de los niños. Estos dos tipos de pacientes son nuestra máxima prioridad en este momento», añade.

Así, la directora de la ONT insiste en que se está realizando un importante esfuerzo para mantener la actividad, incluso en las zonas más afectadas.

Los trasplantes renales son los más frecuentes, seguidos de los trasplantes hepáticos, los pulmonares, los cardíacos, los de páncreas y los de intestino. «Desde el 13 de marzo, se han llevado a cabo varios procedimientos de trasplante renal, hepático y cardíaco, si bien en número muy reducido en comparación con la actividad habitual», explica. Además, «los trasplantes hepáticos y cardiacos efectuados se han realizado en pacientes en situación muy crítica», señala la directora de la OMT.

Cabe destacar que a día de hoy se desconoce si los positivos en COVID-19 pueden transmitir la enfermedad a través del transplante. En cuanto a las personas curadas, lo mejor es esperar un tiempo prudencial de 21 días. Así, se trabaja con un  periodo ventana de 21 días, que es superior al tiempo de incubación que se baraja (1-14 días).

Ahora bien, mantiene que el cribado se realiza en los casos con riesgo de Covid-19, salvo que presenten síntomas compatibles, que se descartan. Por tanto, son considerados de riesgo aquellos casos que hayan estado en contacto con un afectado, o hayan viajado o residan en un área de riesgo en los 21 días previos.

En el caso de que haya síntomas compatibles, también se realiza el cribado, al igual que si se contempla la donación pulmonar y/o intestinal. En este sentido, los casos positivos o dudosos no pueden ser donantes. En el momento actual, asegura también que el cribado de los donantes es universal, dada la situación epidemiológica nacional.

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