Historias de Plutón
José A. Secas

Por entonces, él se llamaba a sí mismo “un levantador de perdices” y sabía que para comer y degustar tan solo una (y ser feliz, como en el final de los cuentos), era necesario, además de disparar con puntería para abatirlas, llevar un buen perro para cobrarlas, saber desplumar y cocinar y tener con quién compartir una oportunidad más de llenar la panza. No hace un mes de la última vez que lo intentó. En esta reciente ocasión fue mucho más evolucionado y coherente. Había generado una idea (como tantas veces), la había dibujado con su imaginación y mojado con entusiasmo en conversaciones con amigos. La destiló hasta generar un relato que empezó a compartir en muchos ámbitos. Había completado una partida con excelentes cazadores, con inmejorables perros, con buenas armas para cazar en un coto poblado y privado.

Después, pensó que la humanidad había crecido desde que el homo (de turno) cazador, empezó a cultivar y, desde el tercer hito (que fue el comercio) hasta acá (y hasta ahora), no había pasado nada que supusiera un avance definitivo para la especie humana. Por todo eso decidió pensar -segundo paso- como un agricultor y escoger bien sus semillas (y sus palabras), arar, abonar y regar la tierra y esperar, mirando al cielo, a que creciera la mies y pudiera cosechar. Temió a las tormentas, a las plagas, a los ladrones y al señor… Al final no hubo cosecha. Faltaba luz. Eran tiempos oscuros, revueltos y ya remotos. La partida se deshizo con la promesa de volver a intentarlo la próxima luna.

La partida se deshizo con la promesa de volver a intentarlo la próxima luna

Hoy, nosotros, somos los humanos del “instante” de estar superando la etapa del hombre contra el hombre, para evolucionar hacia el hombre consciente. Lo más emocionante es que estamos al principio y queda mucho por hacer. Bien. Centrémonos. La idea alunizante que revolotea en el presente cacereño es bella, universal, artística, cultural, única, silenciosa, estimulante, compartida, cósmica, sostenible, comprometida, preparada, planificada y pre-producida… Será sensitiva, disfrutona, orgullosa, secundada, y, por supuesto, rentable. Generará beneficios en todos los ámbitos y sectores. Algo por lo que vivir. Solo hay que ponerse codo con codo y arrimar el hombro. Él ya está en marcha.

“Estamos construyendo un futuro que ilumina la noche y permite que nos sintamos parte del progreso de la humanidad”. Esto saldrá de su boca antes de brindar (en pocos días) con todos los que compartimos la aventura: poetas, músicos, fotógrafos, diseñadores, actores, vecinos y mecenas. Confirmo que se van sumando protagonistas, crece la energía y parece ser que el Universo se está poniendo como que muy de conspirar, y eso…

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