La bruja Circe
Fiesta popular de orígenes ancestrales, es un epígrafe que se podía poner a todas las fiestas de mayo. Aunque probablemente tal y como las conocemos proceden del medievo, apenas hay que escarbar un poquito y capa a capa descubrimos su procedencia pre cristiana y su permanecía en núcleos rurales aislados desde los primeros pueblos recolectores.
Esta celebración primaveral generalmente se hacía coincidir con el primer domingo de dicho mes y tenía antiguamente connotaciones rituales totémicas a la divinidad primaveral o de los árboles.
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Dicen que fueron los fenicios los que trasmitieron a galos y romanos esta tradición, pero también la encontramos entre los pueblos del norte y los celtas en Inglaterra, Irlanda o Escocia donde se cantaban los Mayos, la vieja de clara evocación celta. La tradición cuenta cómo se recogían ramas y flores de espino durante la víspera de Cetamain las muchachas solteras salían en procesión portando ramas floridas danzando al son de la gaita.
Esta tradición rural se fue perdiendo y fue rescatada o fagotizada en época cristina en nuestro país con las cruces de mayo las numerosas festividades de Las mayas, las romerías de mayo, donde animales y vehículos se engalanan con flores que se crearon bajo la advocación de distintos nombres de Vírgenes y santos y las numerosas fiestas de alfombras.
No ha desaparecido de los recuerdos ancestrales de los humanos ese impulso de correr sobre los prados y disfrutar de las flores la primavera y el calor. Las fiestas de mayo son son un canto a la fertilidad y de alegría por la renovación de la vida y de una nueva primavera.
Disfrutar y conocer todas estas fiestas con su rica variedad, es una oportunidad, de adentrarse en el inconsciente colectivo, de disfrutar del buen tiempo y propiciar el turismo local que favorece a las zonas rurales generalmente menos favorecidas y tan importantes de mantener y en Cáceres uniéndose a esa rica tradición de fiestas de mayo, celebramos Plena Moon, si nada lo impide será el 11 de mayo y a la que estáis invitados, en el marco privilegiado de la ciudad medieval, con música poesía, danza y alegría y el ritual de bendición y protección para todos los presentes y la ciudad.
Que disfrutéis.