Feminismo y política. Carmen Heras

Desde mi ventana
Carmen Heras

Una pequeña entrevista realizada por varios estudiantes, me ha obligado a reflexionar en voz alta sobre algunos aspectos del feminismo relacionados con la política. Política es todo y a veces las pequeñas disquisiciones son necesarias para no olvidar de dónde venimos. O lo que tenemos entre manos.

El feminismo como motor de una profunda transformación social. Confieso que la idea me gusta. Los derechos de las mujeres, y la acción política que llevan consigo, me parecen asuntos tremendamente importantes. Con amplios retos y grandes estudiosas en la materia. Desde un enfoque global, tomando de base a los textos clásicos, hasta aquellos relacionados con el ecologismo, cuyos intereses están tan presentes en nuestro tiempo dada la constatación clara de que el cambio climático es una realidad y nuestro mundo tiene problemas.

Es el feminismo una respuesta a las políticas de austeridad y de violencia tan presentes hoy

Pasada la campaña de elecciones nacionales y europeas, he de decir que me han gustado los debates de mujeres políticas relevantes. Por verlas en acción. No son los números 1 en sus organizaciones, sino los 2, a lo sumo, pero han estado en los espacios correspondientes y han defendido con seriedad los postulados básicos en los qué militan. ¿Están haciendo una labor de conjunto, trabajan para quienes escuchamos?, ¿es factible lo que dicen?. Siempre nos lo preguntaremos, pero algunas han dejado de ser la fuerza oculta de las estructuras, atreviéndose a escalar un puesto más, haciéndolo realmente bien. De igual manera que se accedió a cátedras, quirófanos, magistratura, etc., ahora las mujeres entran en los foros televisivos para “batirse el cobre”, pisando fuerte; supongo que por publicidad, que duda cabe, pero también por valentía, y convicción. Al hacerlo están ayudando a un menor desgaste para los números uno y les sirven de parapeto, pero también volviéndose “visibles” en cualquier cuestión política general.

Soy de las que creo que si se ha conseguido trasladar a la opinión pública el punto de vista de la mujer, como víctima de distintos poderes, ahora es preciso dar varios pasos adelante. El feminismo es un potente movimiento que debe participar, y de hecho lo hace, en diferentes frentes: a favor de los recursos medioambientales, cada vez más en peligro, a favor de los derechos laborales y sociales, en contra de ser considerados meros consumidores (útiles solo mientras consumimos) y a favor de una nueva situación en los vínculos y relaciones, pues no hay duda de que la violencia de género camina de la mano de la pérdida de poder (debido a la crisis) de los hombres en el espacio público y laboral, que algunos intentan mantener en el ámbito privado y afectivo a cualquier precio.

Es el feminismo una respuesta a las políticas de austeridad y de violencia tan presentes hoy en cualquier circunstancia. Y su fuerza está en la internacionalización de su discurso. Porque ahí si que existen puntos de confluencia para cualquier ser humano. Y a fe mía que se necesitan.

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