¿Qué papel tenemos los periodistas en tiempos de redes sociales y fake news?

Esa es la gran falacia. Tenemos la posibilidad de estar más informados que nunca gracias a la tecnología.

Esta tecnología no es más que una herramienta y el resultado va en la calidad del uso. Si usa mal, el resultado será nocivo; en unos casos por desconocimiento y, en otros, por mala intención.

Al final pensamos que estamos bien informados, cuando lo que estamos es muy entretenidos.

El estar entretenido es simplemente con voluntad de ganar dinero y ganar clics, que en la mayoría de los casos tiene un fin manipulador, de engaño y de inducir a que las personas crean determinadas cuestiones.

Todo esto lleva a que la sociedad no solo no está informada, sino que cree que lo está, en base a una información pública sana, sino que lo está en base a una emoción pública.

Todo esto lo estamos viendo en procesos electorales, en la alerta sanitaria… es muy fácil instalar el miedo, la confusión, hacer que se retroceda en derechos… todo esto es el efecto nocivo de unas herramientas mal utilizadas.

Rosa María Calaf, en Mongolia en mayo de 2013

¿Qué papel jugamos los periodistas?

En este sentido los periodistas tenemos una responsabilidad extraordinaria porque somos los que trabajamos con un bien tan preciado y de tanta incidencia como es la información. Pero no somos los únicos: a más poder, mayor responsabilidad.

Por tanto, la responsabilidad empieza en los poderes públicos que no garantizan la calidad de la información, sino que utilizan estos medios en asuntos que no son para el buen común. Por otro lado, las empresas periodísticas están utilizando esa posición de influir a favor de sus intereses en lugar de a favor de la mayoría.

Hay que hacer una revolución humanística

El ciudadano tiene que ser consciente de que tiene que informarse bien y no creerse cualquier cosa. Además, los periodistas, y esto no es nuevo, tenemos que dar una información veraz, rigurosa, contrastada, honesta, plural e independiente.

Ahora es más difícil porque hay mas posibilidades de enmascarar estas características. Y esto ocurre cuando trabajamos con una precariedad mucho mayor.

Un trabajo debe tener condiciones laborales dignas y en el caso del periodismo, por desgracia, no se cumple… ¿Cómo afecta esto a la calidad de la información?

Esta es otra de las manipulaciones, la de no darle al periodismo los recursos que necesita para no garantizar una información de calidad.

Los periodistas luchan contra la precariedad, que no es casual, y la ciudadanía compra este descrédito de la prensa y nos deja completamente indefensos a merced de todas estas manipulaciones.

Entrevistando a Margaret Thatcher, la Dama de Hierro, en 1985

Todo lo que llega gratis, alguien lo paga, y en general, en su propio interés. La ciudadanía tiene que entender en qué condiciones se está haciendo la información.

Consejos para distinguir noticias falsas

Afortunadamente hay muchas plataformas y un decálogo para consultar bulos que se están desmintiendo.

Primer consejo: dudar de todo. Luego, ver quién lo manda y, por supuesto, no retuitear ni enviar. No hay que creerse lo primero que se recibe.

Hay que ser activo en el consumo de la información

No hay que difundir la información falsa. Hay que ser activo en el consumo de la información. Los que no confirman y los que dicen no me creo nada, son los más manipulables. Hay que hacerse la pregunta de ¿A quién le beneficia?

Llevas toda la vida dedicada al periodismo ¿Cómo has visto la evolución de las periodistas en este sentido?

Sí, llevo desde el año 70. Cuando yo empecé en Televisión Española, éramos tres o cuatro y en Barcelona no había ninguna periodista ni reportera.

Ahora hay más mujeres que hombres tanto en las redacciones como en los cargos intermedios. Ha evolucionado muchísimo para bien, pero mucho en cantidad, pero no estamos en la proporción lógica en los puestos de responsabilidad, en los de decisión.

Algo se está haciendo mal. Esto ocurre en el periodismo y en las demás profesiones. Hay mucho menos avance en el cambio de mentalidad: hay que pasar de lo formal a lo real.

En los medios también hay discriminación salarial. Todos estos datos objetivos, no es una cuestión ideológica. No queremos una economía femenina, sino un reparto justo.

¿Por qué hay pocas mujeres en puestos de responsabilidad en los medios?

Siempre que hay un nombramiento de una mujer siempre es discutible. En cambio, con los hombres nunca pasa.

Muchas veces entregas un buen trabajo y te dicen “estas guapísima”. Cuando cubres un conflicto “¿tú qué haces aquí y tus hijos en casa?”. Nunca he oído que a un compañero le digan eso.

Hay todavía un doble rasero. Esto responde a un modelo androcéntrico, patriarcal. Se va mejorando, pero son parches, y se avanza muy lento.

Ahora mismo hay ataques muy virulentos de aquellas fuerzas que no quieren perder sus privilegios. Utilizan mentiras, confusión, descrédito… para que compren ese mensaje.

No estamos informados, estamos entretenidos

Una sociedad que utiliza a todos sus miembros siempre va a ser mejor, que una que utilice solo a la mitad. Es de pura lógica. Hay que utilizar a los mejores de los dos grupos.

Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad a la hora de construir modelos. Si seguimos con publicidad sexista, películas sexistas, se infravalora los talentos de las mujeres, como ciudadanas de segunda, mientras que se valora al elemento masculino.

La periodista en Filipinas en el año 2008

Pasamos al plano internacional ¿cómo se plantea el futuro con personajes como Trump o Bolsonaro?

Debe preocuparnos muchísimo. Todo lo que se ha ganado con esfuerzo en derechos individuales, para construir una sociedad más justa, en este momento está peligrando seriamente.

Estas fuerzas reactivas quieren acabar con esto. La libertad es muy difícil de conseguir y muy fácil de perder.

Es una lucha de cada uno de nosotros para conservar aquellos de derechos que parecían que ya estaban consolidados. Hay que ser muy conscientes de que hay que luchar contra la cultura del resentimiento y contra el uso de quienes están en este momento modelando la sociedad.

Una de las máximas de Bannon es que destruyamos la sociedad para construir el modelo que queremos. Este modelo no tiene en cuenta ni la justicia social ni busca un mundo más igualitario, sino que va en beneficio de determinados grupos.

Hay que estar muy alerta porque ponen en peligro las formas civilizadas de vida social. Necesitamos más cooperación y mucha menos confrontación. No todo tiene un precio. Una sociedad de derechos y no de aplicaciones de contenidos.

Hay que construir una sociedad de ciudadanos y no de consumidores. Hay que hacer una revolución humanística que dé un sentido a la herramienta tecnológica.

¿Y con el coronavirus?

Hay que prestarle mucha atención y hay que seguir lo que dictan las autoridades sanitarias.

Esto pasa y va a seguir pasando porque cada vez hay más movilidad. Pero también hay mucha manipulación en todos los países porque cada uno arrima el ascua a su sardina y así difícilmente podemos formarnos una opinión sana.

Por ejemplo, Boris Jonshon ya está diciendo que los problemas del Brexit son en realidad del coronavirus… se está utilizando para derivar la opinión a otros temas.

Hay que tener en cuenta cómo se juega la valoración del impacto económico, que va a ser tremendo. Es mucho peor el miedo, el pánico y la desinformación, que el virus. Puede tener consecuencias sociales, que no médicas.

 

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