Natural de Cáceres y licenciado en Medicina por la Universidad de Salamanca. Pasó por el Hospital Central de Asturias donde aprendió del doctor Fernández-Vega todo lo relativo a la cirugía refractiva y de retina. También realizó rotaciones en el prestigioso Instituto Oftalmológico Fernández-Vega y después trabajó como médico oftalmólogo durante siete años en el Hospital comarcal de Don Benito-Villanueva, que ha combinado con su carrera profesional en la medicina privada, tanto en Cáceres como en Badajoz.
¿Por qué es importante acudir a una revisión oftalmológica?
La alteración en la visión puede deberse a un problema de refracción, de cataratas o de retina. Hay que realizar una exploración a fondo de los ojos, así como medir la tensión ocular. Con eso ya descartas hasta el 40% de las patologías oftalmológicas. Muchas de las patologías que afectan la visión tienen tratamientos quirúrgicos que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes. La cirugía de catarata, la del glaucoma, estrabismo…
La mayoría de estas patologías se asocian a la edad…
Sí. Se trata de patologías de la edad. A partir de los 60 años ya comienzas a ver las primeras cataratas en los pacientes, aunque los hay que las sufren más jóvenes. Las cataratas se producen cuando el cristalino, con el paso de los años, se torna opaco y va perdiendo su transparencia ocasionando vista borrosa e incluso pérdida de la visión. Requiere cirugía cuando la visión no es lo suficientemente buena como para que el paciente pueda realizar sus actividades normales.
La degeneración de la mácula, que también se trata en este hospital, y el glaucoma de ángulo abierto son otras patologías asociadas a la edad. El control periódico del fondo de ojo puede prevenir la aparición de algunas formas de degeneración macular.
Un diagnóstico precoz es vital para prevenir la pérdida visual
Las técnicas en la cirugía de cataratas son ya muy seguras...
Sin duda. Es una cirugía que aporta mucha calidad de vida al paciente, que se hace muy fácilmente, con técnicas muy seguras, pero sigue siendo muy complicada y se ha banalizado un poco.
Luego hay que resaltar el uso de las lentes multifocales. Las lentes intraoculares multifocales han significado una revolución, tanto en el campo de la catarata como de la cirugía refractiva intraocular, porque corrigen no sólo la visión lejana sino también la visión próxima. Mientras que las lentes monofocales sirven para ver bien de lejos, pero luego se necesitan unas gafas para ver de cerca, las lentes multifocales resuelven este aspecto de manera segura.
Glaucoma, hipertensión ocular y edad ¿cuál es la relación?
El glaucoma se caracteriza por el aumento de la presión en el ojo y es una de las principales causas de ceguera a nivel mundial junto con la retinopatía diabética. Es asintomática y por eso es necesario hacerse revisiones periódicas para poder detectarlo a tiempo. El problema del glaucoma es que no duele y va afectando a la visión periférica, por lo que pasa inadvertido para la persona. Pero esa visión que se pierde, ya no es posible recuperarla. Así que un diagnóstico oportuno es vital para prevenir la pérdida visual. En definitiva, personas de más de 40 años deberían hacerse una revisión anual.
La presión intraocular se eleva lentamente con la edad, por lo que el glaucoma es más común a medida que uno envejece. El glaucoma primario de ángulo abierto, al que me refería antes, es el más común y puede controlarse con medicación tópica o bien con cirugía de láser, con una cirugía con bisturí o una implantación valvular, que facilite el drenaje.
El glaucoma es una enfermedad que solo da síntomas cuando está muy avanzada. A lo mejor, puede ser que uno tenga un importante daño en el nervio y ver perfectamente; pero cuando acude a una revisión es cuando sale que ese nervio está dañado, al 60% e incluso al 90%, sin notar nada.
Es importante recalcar que el glaucoma no se cura, sino que se puede parar en el momento en que se diagnostica.
La población está más concienciada de controlarse la tensión arterial, pero desconoce los riesgos de la tensión ocular alta
En el caso de los niños, tratáis el estrabismo y la obstrucción del lagrimal. ¿En qué consiste esta última?
Cuando a un niño el ojo le llora o tiene conjuntivitis de repetición, es debido a que el conducto lagrimal no ha terminado de abrirse del todo, por lo que hay que realizar un sondaje. Sus síntomas son lagrimeo constante y secreción en los ojos pero sin enrojecimiento. En la mayoría de los casos, se puede curar de forma espontánea y con la higiene adecuada.
Un oftalmólogo ¿recomienda el uso continuado de colirios?
Las gotas con conservantes están cada día más denostadas en oftalmología, porque aportan toxicidad al ojo. Hay marcas que se promocionan mucho y que son vasoconstrictores, que se utilizan para los ojos rojos, pero su uso continuado puede causar un efecto rebote. Además puede provocar una dilatación en la pupila, que provoque visión borrosa. Soy más partidario de las lágrimas artificiales, que no tienen efectos secundarios.
Por último, acudir al óptico no es lo mismo que acudir al oftalmólogo…
Por supuesto que no. Es cierto que hay gente que acude periódicamente a revisarse la graduación de la vista a la óptica y sin embargo se olvida de hacerse una revisión periódica, un fondo de ojo, etc. en la consulta de un oftalmólogo. Luego está el tema de la tensión ocular. Mientras que la población está más concienciada de controlarse la tensión arterial, se desconoce los riesgos de la tensión ocular alta.
Según el tamaño y la localización de las áreas de opacidad del cristalino, una persona puede o no darse cuenta de que está desarrollando una catarata. Por ejemplo, si ésta se localiza en el borde externo de la lente, la vista no sufre cambios; pero si la opacidad está situada cerca del centro de la lente, generalmente interfiere con la visión.
A medida que las cataratas aumentan, la visión puede hacerse más borrosa. Esta disminución de la agudeza visual es uno de los síntomas más claros y típicos en las personas que están desarrollando una catarata.
Los ojos pueden tener una mayor sensibilidad a la luz dificultando la conducción. También se produce una alteración en la percepción de los colores. Y en muchos casos se puede llegar a producir una diplopía (visión doble en el ojo en el que se está produciendo la catarata).
Aunque nadie se libra de padecer cataratas, hay personas que tienen mayor predisposición. Los miopes y los diabéticos son grupos de riego a contraer cataratas a una edad más temprana.
Eduardo Villanueva /