Viejo amigo cicerón. Mario Gas.

Vuelves a Mérida tras Calígula. ¿Qué supone volver a pisar la arena del romano?

Es una buena costumbre. Cada dos temporadas aparezco por allí. Me gustan las propuestas que me hacen. No quisiera repetir el tópico pero es cierto que es un lugar con mucha responsabilidad porque es un teatro que te acoge pero también te puede rechazar.

¿Cómo ha sido el proceso creativo y de documentación de Mi Viejo amigo Cicerón?

Cuando haces un personaje sobre un personaje de estas características, aparte de lo que ya has leído sobre él mismo, hay que volverlo a refrescar e intentas hacerte del mayor número de obras posible. Pero eso es una pregunta que hay que hacer más bien al autor de la obra, Ernesto Caballero. Sabes que es un texto de nuevo cuño que Ernesto ha escrito con meticulosidad y datos muy concretos en el que ha dejado volar su imaginación. No es un texto sobre una recuperación absoluta de Cicerón sino que se le explica desde una óptica contemporánea, que eso es lo que tiene que ser el teatro. Es un texto rigurosamente contemporáneo y en todo lo que puede tener de retrato. Se trata de un personaje moral enfrentado a tiranías de vario tipo y humano con sus contradicciones.

Presentas a un Cicerón coherente con sus convicciones en todo momento ¿Por qué es necesario contar esta historia hoy en día?

El teatro si no tiene una reflexión sobre lo que nos ocurre hoy en día tiene muy poca razón de ser.

Ir al teatro es un buen síntoma de una sociedad sana y evolucionada

Viejo amigo Cicerón es una reflexión general sobre lo que nos preocupa, sobre la esencia de la Roma. Es el gran teatro de siempre: Cicerón fiel a sus ideas y su vanidad pero también enfrentándose a la tiranía, de lo que hizo bandera en su vida, de su honestidad y su coherencia y al mismo tiempo sus contrastes siempre a favor de la República.

Al igual que en Calígula, hay guiños a la época actual ¿Cómo ha sido la adaptación de Viejo amigo Cicerón en este sentido?

Calígula era otra cosa. Calígula buscaba lo absoluto con esa corrupción alrededor, tiene poco que ver con Cicerón, que es un hombre ético y moral. Cicerón tiene un compromiso con la sociedad de su tiempo, con el sistema de continencia de los romanos, de toda ausencia de personalización del poder, de censor de la República, de la res pública en contra de Marco Antonio, en contra de César porque destruían el concepto de República y se concentraba el poder en una sola persona, se pasó al imperio. Nos interesa en la medida en que en todas partes cuecen habas y ahora también.

No es que haya guiños a la actualidad, sino que se revisa a Cicerón desde la época actual. Hay un juego del teatro dentro del teatro bastante interesante y que puede ser muy interesante de ver en Mérida en todos los aspectos.

Entonces, ¿Qué vamos a ver en el escenario del Teatro Romano?

Un texto muy sólido, muy bien interpretado por José María Pou José María Pou, Bernat Quintana y Miranda Gas.

Además tiene un equipo artístico interesantísimo en cuanto a escenografía, música e imagen. El espectador se va a encontrar con una hora y media escasa de buen teatro representando a un personaje clásico de la cultura grecolatina.

Por último, con un teatro en constante crisis, siempre es un placer ir a ver una buena obra…

Siempre es una buena decisión ir a una obra de teatro. El teatro es cultura y nos enfrenta a nosotros mismos. Ir al teatro es un buen síntoma de una sociedad sana y evolucionada.

No hay que perder ocasión de ir al teatro, que no es un escapismo banal, sino que el placer viene de que te gusta asistir a nuevos conocimientos y peripecias.

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