Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz atendió durante el pasado año 2020 a 5.449 personas, de las cuales 1.426 lo hicieron por primera vez, mientras que 14.500 se beneficiaron de las ayudas de la institución.
De igual modo, invirtió 2,6 millones de euros en sus diferentes programas y proyectos orientados a mejorar la vida de la gente con la que trabajan, entre los que se incluyen el albergue provisional para personas sin hogar instalado en el Pabellón de Las Palmeras de la capital pacense.
El director y el delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz, Jesús Pérez Mayo, y Francisco Maya Maya, respectivamente, han presentado la memoria 2020 de la institución bajo el lema ‘#SeamosMásPueblo’ en una rueda de prensa en el Arzobispado de Mérida-Badajoz. En este acto ambos han coincidido en poner en valor el trabajo «incansable» de los 1.489 voluntarios y la «generosidad» de los 5.627 socios y donantes.
Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz ha presentado la #Memoria2020 en la que registra un aumento en el número intervenciones a lo largo de 2020https://t.co/JgKDBcPcIM
— Cáritas Diocesana Mérida-Badajoz (@cdmeba) June 3, 2021
Según ha explicado Pérez Mayo, es «relevante» el número de intervenciones en ayudas para suministros, alimentación y ropa. Tanto es así que se ha producido un incremento «bastante elevado», pasando del 28 por ciento en 2019 a un 46 por ciento a lo largo del 2020.
Un dato que, como ha señalado, señala que las personas que estaban siendo atendidas por Cáritas antes de la pandemia de la Covid-19 siguen recibiendo su ayuda «con mayor frecuencia» y que la situación de pobreza en la archidiócesis «se ha agudizado».
Ha explicado también que el número total de intervenciones que se ha registrado durante el 2020 asciende a 92.246, un 37 por ciento más que en el año anterior. Con respecto al desarrollo de la acción de Cáritas en la Archidiócesis en el año 2020 se invirtió un total de 2.639.886 euros distribuidos en los diferentes programas y proyectos de lucha contra la pobreza y la desigualdad.
El perfil de las personas atendidas tiene rostro de mujer, de nacionalidad española (un 76 por ciento), con edades comprendidas entre 45 y 64 años (44 por ciento) y entre un 25 y 44 años (un 40 por ciento). Sin embargo, el perfil de la persona sin hogar es fundamentalmente un hombre; y las ayudas en alimentación para toda la familia, con un casi 48 por ciento, sigue siendo la más solicitada, y suponen las los costes económicos más elevados.
Los gastos para la vivienda y sobre todo en el alquiler suponen un 24,5 por ciento del total de las ayudas ofrecidas, según los datos recogidos. Así, el total de nuevas personas atendidas es elevado (26 por ciento) y se acerca al número de personas que llevan más de 3 años recibiendo ayuda de Cáritas (31 por ciento).
Por otra parte, el mayor número de intervenciones se concentran en las poblaciones de Mérida y Badajoz, sobre todo en zonas de exclusión social, arciprestazgos San Juan de Ribera (22,3 por ciento) y Mérida (18,4 por ciento), y también el arciprestazgo de Villafranca-Almendralejo tiene un alto índice de intervenciones (18,9 por ciento).
Acción social y personas
La memoria de Cáritas Diocesana también recoge la acción social realizada por los voluntarios de las Cáritas Parroquiales. Así, han desarrollado 42 proyectos de promoción social, posibilitando procesos de cambio y transformación de las personas que acompañan, para una efectiva una atención integral mediante un modelo de acción social basado en el acompañamiento y la promoción humana.
Esta acción concreta ha sido significativa durante la pandemia de la Covid-19, con motivo de la cual se han realizado intervenciones atendiendo a las distintas realidades personales y familiares de los participantes de los proyectos diocesanos de familia y mujer, infancia, mayores y empleo.
Con respecto a la atención a personas sin hogar, durante el pasado año, a través de los centros de atención integral, se atendieron a 261 personas. En concreto, para el área de Inclusión Social de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz la atención a personas sin hogar es una «prioridad» en su misión, debido a que este colectivo se encuentra en una situación de exclusión social «grave y de extrema vulnerabilidad». Cabe destacar que esta situación se agravó durante el estado de alarma decretado el 14 de marzo de 2020, que conllevó el cierre de recursos residenciales como comedores sociales o centros de acogida.
Al respecto, Francisco Maya ha recordado que a través del proyecto ‘Pabellón de Las Palmeras’, gestionado por Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz con la financiación de la Junta de Extremadura en 2020 y la colaboración de distintas instituciones, se atendieron a 88 personas que vivían en la calle mientras duró el estado de alarma y Jesús Pérez ha destacado la posterior apertura del centro de Bravo Murillo, en relación al cual se ha mostrado «optimista» en que permanezca en el tiempo.
También han recordado la puesta en marcha del Fondo Diocesano de Comunión Fraterna dirigido a ayudar a paliar las consecuencias económicas presentes en la pandemia y de las situaciones futuras que agudicen las de las familias y personas más vulnerables de la diócesis y en el que, según incluye la memoria, el total recaudado asciende a 700.392 euros, del que se han aplicado 64.616 euros para paliar las necesidades «más inmediatas», como alimentación o suministros.