Agua pasada. Víctor M. Jiménez.

El último diente de leche
Víctor M. Jiménez

Si el pretérito se torna pluscuamperfecto llega la hora de cerrar la caja, romper los diarios y tirar al pozo los libros contables que adornaron los pasillos en los días de Adviento.

La última estación del largo itinerario es conformarse con mirar la fotografía en sepia de unos niños -hoy hombres- sobre la pared de una casa alquilada en las afueras.

Nada nuevo hay en lo viejo.

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