La bruja Circe

Los grandes cambios de la humanidad no nacieron de un golpe de ingenio o consciencia. Para cada uno de ello hubo un caldo de cultivo,  de mentes o consciencias que prepararon la cama para que se dieran. 

Sin duda la semilla de los cambios y los nuevos logros están en cada uno de nosotros, pero el fértil substrato del que surge la chispa es fundamental y eso es un cultivo que se hace cada día y lo hacemos entre todos.

El cambio lo hacemos, educando a nuestros  niños, impulsando y creando leyes, pero también lo hacemos con los actos pequeños de cada día, cuando cuidamos los detalles y a la naturaleza, cuando respetamos a las persona con las que trabajamos o con las que nos cruzamos cada día, cuando cuidamos unos de otros, cuando aprendemos a perdonarnos, cuando nos cuidamos.

Cuando mantenemos la mente abierta, reclamos para todos justicia y a la vez sabemos dar misericordia. Cuando reconocemos en cada persona un igual a nosotros. Cuando dejamos de quejarnos para aportar y dejamos de criticar para informamos bien y analizar. Cuando dedicamos tiempo a formarnos, a aprender, a ser felices, a agradecer. Y lo hacemos porque con cada una de estas cosas creamos energía positiva que se expande y se contagia y así ayudamos a sanar la vida y a ser creadores del bien.

Artículo anteriorLa Torta del Casar participa en Madrid Fusión para ganar visibilidad entre expertos gastronómicos
Artículo siguienteSierra de Gata-Hurdes trabaja en seis rutas gastronómicas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí