Hablamos con Soledad Pulido, una octogenaria que nos habla sobre este trabajo intergeneracional, cuyo objetivo es dejar un legado de sabiduría a los más jóvenes.

Con más de 50 vídeos y 531 suscriptores en Youtube, ¿qué es YayoCanal de Alburquerque?

Somos un grupo de mayores y jóvenes que trabajan y se enseñan cosas mutuamente. Cosas que sabemos porque nos lo enseñaron nuestras familias y siempre las hemos hecho en nuestras casas. Ahora queremos que los más jóvenes las conozcan y por eso grabamos vídeos y los ponemos en el Yayocanal de Alburquerque.

¿Cómo surge la idea?

En 2019 nos reunieron en el Hogar de Mayores de Alburquerque para hablarnos de una actividad nueva que querían hacer con nosotras. Nos comentaron que querían juntarnos a jóvenes y mayores para que aprendiéramos, enseñáramos cosas, lo pudiéramos grabar y que se conociera también fuera de Alburquerque.

En esa reunión estaba Marta Pavón, que es de la asociación “La Sombrilla de Alburquerque” y que es la que trabaja con nosotras haciendo los vídeos y sacando ideas junto a los jóvenes. También estaba Ángela Robles, que venía como directora de la Universidad Popular de Alburquerque, porque este proyecto surge desde la Asociación de Universidades Populares de Extremadura, con un programa del SEPAD que se llama “SEPAD ACTIVOS”.

Los contenidos principales de vuestro canal son recetas, consejos, remedios caseros… ¿Cómo preparáis los temas de cada vídeo? ¿Trabajáis on guion o improvisáis?

Pues nosotras no necesitamos preparar mucho lo que vamos a grabar porque son cosas que todavía seguimos haciendo en nuestras casas. Las aprendimos de nuestra familia y todavía sabemos las cantidades y los pasos que tenemos que hacer, por ejemplo, para embotellar tomates, hacer jabón casero, receta de migas o de sopa de tomate…

Hemos aprendido mucho y ahora, en cuanto nos llaman para grabar, ahí estamos todas

Al principio, nos costaba más hacerlo natural porque no estábamos acostumbradas a grabarnos en vídeo, pero ya hemos ido aprendiendo de todo lo que nos enseñan mientras grabamos y nos sale muy natural.

Nos reunimos varias veces en el año con los jóvenes para sacar nuevas ideas para otros vídeos, ver cosas típicas de años atrás que hoy en día no se conocen y también para vernos en la pantalla y ver a cuánta gente ha llegado lo que hemos subido al Yayocanal de Alburquerque.

Como bien dices, en YayoCanal de Alburquerque también tienen cabida los más jóvenes. ¿Cómo es vuestra relación con ellos?

¡Muy buena! Hemos tenido a jóvenes desde el principio de las grabaciones y últimamente también hemos ido al instituto a enseñar cómo hacemos los vídeos y a enseñarles cosas antiguas a los jóvenes, como por ejemplo, monedas antiguas, les hemos explicado cómo estudiábamos… A ellos también les gusta que le expliquemos y les contemos anécdotas y a nosotras nos gusta también escucharlos porque aprendemos mucho con ellos.

¿Crees que las tecnologías digitales pueden servir de puente de conexión entre generaciones?

Aunque creo que para las personas mayores es muy difícil entender las tecnologías, he de admitir que yo estoy un poco alejada de todo esto, pero con el Yayocanal creo que podemos ayudar a que nos comuniquemos entre generaciones. Los jóvenes, que son los que más las utilizan, pueden llegar a entender cómo vivíamos antes y las cosas que ahora ya no se suelen ver en las casas.

Desde que formas parte de YayoCanal de Alburquerque, ¿cómo es tu relación con las nuevas tecnologías?

A mí me hubiera encantado poder tener un móvil moderno. Yo tengo uno básico porque mi vista ya no está muy bien y no puedo casi ver las pantallas. Pero si yo hubiera podido aprender antes, me hubiera encantado tener un móvil como el que tienen muchas de mis compañeras del Yayocanal, porque me gusta comunicarme con la gente y creo que hubiera podido aprender muchas cosas.

Y para finalizar, ¿qué te aporta formar parte de este proyecto?

Me aporta mucho porque me relaciono con mucha gente joven, con mujeres como yo también. Me lo paso muy bien y aprendo muchas cosas.

Cuando empezamos, pensé que yo no iba a comprender nada y no iba a saber hacer nada de vídeos porque no tenía nada que enseñar. Pero cuando nos hemos puesto, hemos aprendido mucho y ahora, en cuanto nos llaman para grabar, ahí estamos todas.

Muchas veces, cuando contamos algunas anécdotas de nuestra vida, como que cuando era pequeña yo no conocía lo que era un plátano o que yo no pude ir a la escuela mucho tiempo, o incluso que viví en un chozo…, muchos jóvenes no se lo creen, pero eso lo he vivido yo y ahora se lo cuento a ellos.

FuenteAvuelapluma
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