La continua escalada de violencia en Líbano está poniendo en peligro a miles de niños y niñas. Las familias están expuestas a continuos ataques y muchos de ellos se ven obligados a abandonar sus hogares. Además, el sistema sanitario del país está desbordado y empiezan a escasear los recursos.
Según el Ministerio de Salud Pública libanés, 166 niños y niñas han muerto desde octubre de 2023, mientras que al menos 1.168 han resultado heridos. Esta devastadora cifra crece día a día. Además, en todo el Líbano, los niños y las niñas muestran signos alarmantes de angustia emocional, conductual y física. Los equipos de UNICEF se han encontrado con niñas y niños atenazados por un miedo abrumador y un aumento de la ansiedad, incluida la ansiedad por separación, miedo a la pérdida, aislamiento, agresividad y dificultad para concentrarse. Muchos sufren trastornos del sueño, pesadillas, dolores de cabeza y pérdida de apetito. Privados de la seguridad, la estabilidad y el apoyo que proporciona la escuela, muchos de estos niños y niñas se quedan sin los espacios que necesitan para jugar, aprender y curarse.
La guerra destroza los entornos seguros y protectores que necesita la infancia. Cuando las niñas y los niños se ven obligados a soportar periodos prolongados de estrés traumático se enfrentan a graves riesgos sanitarios y psicológicos, y las consecuencias pueden durar toda la vida.
Apoyo de UNICEF
UNICEF está sobre el terreno proporcionando apoyo psicológico de emergencia a miles de niños y sus cuidadores. Desde el 23 de septiembre de 2024, ha prestado primeros auxilios psicológicos a más de 9.600 niños, niñas y cuidadores y ha proporcionado apoyo comunitario a casi 10.000 niños y niñas. Pero el proceso para sanar sólo puede comenzar cuando cese la violencia. Los niños y las niñas del Líbano necesitan un alto el fuego permanente para poder acceder con seguridad a servicios esenciales y empezar a recuperarse del trauma de la guerra.
Ivana es una niña de dos años de Deir Qanoun al-Nahr, en el distrito de Tiro, al sur del Líbano. Estaba jugando en el balcón con su hermana Rahaf, de 7 años, mientras su madre, Fátima, preparaba el desayuno en la cocina. De repente, un ataque aéreo cercano impactó y prendió fuego a su casa. Ambas niñas sufrieron quemaduras graves. Rahaf pasó 20 días en el hospital antes de ser dada de alta, pero Ivana permanece en cuidados intensivos en el Hospital Geitaoui, recibiendo tratamiento continuo.
«Tuve que tirar a mis hijas de la ventana al jardín para salvarlas del fuego… era nuestra única forma de escapar…», dijo Fátima. Todavía le cuesta creer cómo actuó tan rápido en un momento tan aterrador. Fátima está profundamente afectada por el trauma de ver a Ivana sufriendo, pero se mantiene fuerte y nunca se pierde de vista.
Ivana se está recuperando, y los médicos aseguran a la familia que sus quemaduras sanarán con el tiempo. Ya se ha sometido a un injerto de piel y habla a diario con su hermana Rahaf, que la llama para ver cómo está.
