El niño milagroso. Vicente Rodríguez Lázaro.

Minimalismos
Vicente Rodríguez Lázaro

(El Niño de la Congregación)

Había escuchado la leyenda del Niño Jesús colocado en el centro del retablo situado en el presbiterio. Le habían diagnosticado leucemia y ciertamente le quedaba poco tiempo de vida, según el doctor le había anunciado hacía apenas una semana. Al fin se había decidido a entrar en San Mateo, sentarse en el primer banco de la izquierda, lo más cerca posible del pasillo central y elevar una oración a la imagen del Divino Infante, por cierto bastante olvidada en el momento actual, intentando, no con demasiada fe, buscar una vía de salvación, una esperanza para seguir adelante.

Creyó ver una sonrisa en el rostro del Niño tras el rezo, fue solo un instante. Se levantó y salió del templo.

A partir de aquel momento se encontró mejor de día en día y en la siguiente revisión estaba limpio. Nadie, ni el médico encontraba una explicación razonable; pero él, todas las jornadas realiza su visita de agradecimiento a aquella pequeña figura milagrosa a la que atribuía la nueva oportunidad recibida.

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