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Estudió Medicina en la Universidad de Extremadura y la especialidad en La Paz de Madrid. Realizó Medicina Familiar y Comunitaria en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, así como Medicina Interna en Madrid y posteriormente desarrolló una rotación en el Hospital Clinic de Barcelona sobre medicina cardiovascular. Lleva más de 30 años dedicado a la profesión.

Podríamos decir que un médico internista abarca casi todas las áreas de la salud del paciente. ¿Cómo es esa relación médico-paciente?

Pues es muy completa. El internista sabe un poco de todo, por eso actúa como un director de orquesta. Algunos nos especializamos más en determinadas áreas, como yo en el caso de la medicina cardiovascular, pero vemos al paciente de manera integral. No analizamos solo si el corazón funciona adecuadamente o el hígado, sino un conjunto global del funcionamiento del organismo. Porque cuando un órgano falla, sobre todo si hablamos de personas mayores, pues se pueden desencadenar una serie de patologías que hay que tener en cuenta. Los especialistas, por regla general, perciben la enfermedad o el fallo de un órgano de manera aislada, pero es complicado que una patología o enfermedad afecte solo a un órgano en concreto. Asistir a un paciente de manera integral es vital, sobre todo en la actualidad, porque vivimos en una sociedad donde la gente se polimedica.

Con esta visión panorámica del paciente, ¿qué se consigue?

Pues de esta forma se puede generar un diagnóstico unitario, así como coordinar todas las exploraciones y juicios clínicos procedentes de otros especialistas con el objetivo de estructurar la polimedicación a la que me refería anteriormente.

Cómo valora esta polimedicación de la que habla…

Yo creo que en general es positiva. La gente vive más y la esperanza de vida es mayor y supera con creces los 80 años. Lo que sucede es que las medicinas pueden tener efectos adversos, sobre todo a medida que un paciente envejece y la función del riñón se debilita, provocando interacciones indeseables con determinados medicamentos. Pero todos estos aspectos los tiene en cuenta un médico internista.

Y ¿cuándo debería acudir un paciente a un médico internista?

Pues siempre. Cualquier paciente que se ponga enfermo.

Le cambio la pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un médico internista y un médico de familia?

El médico de familia mantiene una relación más estrecha con los enfermos crónicos y se encarga de controlar esa patología y de promocionar la salud en la comunidad. El internista es como el médico de familia de patologías más complejas, que necesitan de la interrelación con otros especialistas. El internista es un médico especialista, que centra su atención en el individuo y no en el órgano.  Desarrollamos la capacidad de escuchar, entender y comprender la intimidad y la proyección familiar y social del individuo para relacionar todos estos factores con la salud del paciente.

Nuestra formación es completa, en cualquier caso. Tratamos enfermos de pulmón, de corazón, del aparato digestivo… Sucede que las enfermedades comunes tienen siempre síntomas de fácil diagnóstico, pero una enfermedad común puede manifestarse con síntomas atípicos, y el especialista, cuya formación va más encaminada a realizar exploraciones (como una endoscopia), se ciñe más al órgano, mientras que nosotros realizamos un dictamen más completo.

Un dictamen que sobre todo evalúa, supongo, a los enfermos pluripatológicos…

Sin duda. De hecho, el problema, desde el punto de vista del diagnóstico, surge cuando el paciente presenta una sintomatología compleja, que es complicado relacionar con una causa orgánica definida y el especialista al que acude no acaba de ubicarle en ninguno de sus parámetros habituales.

¿Cuáles son las consultas que más trata?

Yo me dedico mucho a consultas relacionadas con la prevención de patologías cardiovasculares, que siguen siendo la principal causa de muerte. En el Hospital Virgen de Guadalupe se emplean las técnicas más avanzadas en este aspecto. La enfermedad cardiovascular se trata de manera empírica, controlando los factores de riesgo que se asocian con una muerte prematura: diabetes, hipertensión y colesterol. Sucede que hay que saber modular la intensidad del tratamiento para cada paciente; aquí cuantificamos el riesgo y vemos el grado de enfermedad arteroesclerótica que tiene el paciente y le creamos un tratamiento individualizado, a medida.

Conociendo ahora los beneficios de acudir a un internista, ¿cómo se puede solicitar? Y, recuérdenos, en qué campos está más aconsejado…

En principio, cualquiera puede solicitar un internista; en el caso de la Seguridad Social a través del médico de cabecera. En el caso del Hospital Virgen de Guadalupe, simplemente pidiendo cita. En cuanto a los campos en los que están más indicados, podríamos resaltar los exámenes médicos preventivos (chequeos), los pacientes complejos, con varias enfermedades, a los que ya hemos hecho referencia antes; así como los pacientes con enfermedades con síntomas generales, pero cuya localización es mucho más compleja; y por último, aquellos pacientes de edad avanzada con varias enfermedades crónicas.

Podríamos decir que en España han proliferado más los especialistas…

Sí. El internista es el médico sobre el que descansa la asistencia de los problemas de salud de la población. Pero en España se ha producido una mayor proliferación de los especialistas (neumólogos, cardiólogos), mientras que la medicina interna ha decaído y ha perdido protagonismo. Pero la medicina interna está floreciendo de nuevo en tiempos de crisis, porque es una asistencia racional e integral, que supone un mayor ahorro de los costes. Trabajamos con un engranaje perfecto entre los distintos especialistas y el internista que hace que el tratamiento del paciente enfermo esté perfectamente coordinado.

Médico de familia Vs. Médico internista

La medicina interna se encarga del diagnóstico, prevención y tratamiento de las enfermedades de los adolescentes y adultos; evalúa integralmente al paciente, favoreciendo un diagnóstico oportuno y certero, sobre todo en enfermos con padecimientos complejos o que involucran más de un órgano o sistema. El médico internista atiende a pacientes que cursan con enfermedades agudas o crónicas, previniendo o tratando sus complicaciones durante su atención hospitalaria o en la consulta externa.

Todas las molestias u anormalidades físicas poco definidas y sistematizadas, entendiendo por este último término, como molestias poco sugerentes de la afección de algún sistema del cuerpo humano, deben ser consultadas a un médico internista. A saber, sistema respiratorio, cardiovascular, gastrointestinal, urinario…

El internista de acuerdo a una evaluación clínica, a través de historia y examen físico, orientará la sintomatología referida hacia algún sistema o conjunto de los mismos, que pudieran estar afectados y por lo tanto, orientará el estudio inicial para llegar al diagnóstico adecuado. Con tales resultados y luego de llegar al diagnóstico, el internista podrá iniciar la terapia correspondiente, derivando si lo estima necesario en conjunto con el paciente, al subespecialista encargado del área afectada, sea esta médica o quirúrgica.

Por otro lado, y abordando su rol en lo que respecta a la medicina preventiva, podrá acudir al internista todo paciente que encontrándose en buenas condiciones, desee realizar un chequeo rutinario para evaluar el estatus de salud global y por sistemas.

La medicina de familia es la disciplina médica que se encarga de mantener la salud en todos los aspectos, analizando y estudiando el cuerpo humano en forma global. Es la base de cualquier consulta médica. Es el médico de familia el encargado de conocer de manera directa a sus pacientes.

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