Tu larga carrera como periodista ha estado llena de obstáculos y luchas para informar sobre la realidad de Nicaragua. ¿Qué te llevó a salir de tu país?

La represión de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo al periodismo independiente. Las amenazas por informar la verdad, lo que decía la gente, quien sufría la represión. Estas amenazas incluían a mi familia.

La Fiscalía nos citó a unos 40 periodistas como testigos en el proceso que querían fabricar (documentar) de lavado de dinero contra Cristiana Chamorro, directora de la Fundación Violeta Chamorro, una institución que apoyaba al periodismo independiente. De testiga, pasé a imputada.

La campaña de desprestigio en mi contra y de otros periodistas también contribuyó a la situación precaria de mi salud.

¿Cómo fue para ti tener que marcharte?

Muy duro porque nunca había pensado dejar mi país. A toda mi familia. Dejé mis libros, mis amistades, la vida que había construido por años.

En Nicaragua se mantiene el acoso a periodistas. ¿Cuál fue tu mayor desafío?

El acoso al periodismo independiente en un país que ocupa el puesto 160 de 180 en el Índice de la Libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras, pasa por el desafío de seguir informando lo que la ciudadanía necesita saber, generando contenidos que les interesan.

¿Cómo ha cambiado tu vida desde que llegaste a España?

En primer lugar, el clima ha sido un cambio significativo; llegué a Coruña y hacía mucho frío, recordad que vengo de un país de clima cálido.

En segundo lugar, mi resistencia desde fuera de Nicaragua me ha llevado a un país donde hay libertad de expresión y a continuar la lucha porque en Nicaragua la haya, tanto para la ciudadanía como para el periodismo independiente. Un reto enorme pero posible. Por eso sigo haciendo periodismo, ahora digital con Agenda Propia Nicaragua. No me van a callar.

En tercer lugar, no dejarme vencer por el exilio, el robo de mi vivienda, la acusación de traición a la patria, ni la de estar en una situación de apátrida. Con la solidaridad, como la de ustedes, sigo luchando. He aprendido a trabajar en condiciones precarias, un reto para no silenciarme.

Mientras en el país donde nací y he amado toda mi vida, una dictadura me niega mis derechos, en España he encontrado reconocimiento, lo cual es un estímulo tanto para mí como para el periodismo nicaragüense.

A día de hoy sigues luchando por la justicia y la igualdad. ¿Cómo es ejercer el periodismo desde el exilio?

Difícil porque no estas cercana a muchas fuentes y aunque internet te ayuda a comunicarte, muchas personas no tienen internet o tienen temor de expresarse por la represión de la dictadura.

Pero no es imposible, llevo un año haciendo periodismo digital desde el exilio, y aunque a veces falla la conexión, no hay peor lucha que la que no se hace, la censura la vencemos día a día.

El escritor Tito Monterroso decía que la frase de los periodistas latinoamericanos de hace varias décadas era “destierro, encierro o entierro”.

Muy lamentablemente esa frase sigue siendo muy válida en la actualidad nicaragüense. Ocho periodistas han sido encarcelados y luego desterrados y declarados traidores a la patria. Uno fue asesinado en 2018 mientras realizaba una cobertura en vivo. Más de 170 se han visto obligados a migrar y 22 han sido despojados de su nacionalidad y declarados como traidores a la patria.

También en otros países de Centroamérica se practica la persecución a la prensa. En Guatemala el periodista y director de El Periódico, José Rubén Zamora, está preso.

En El Salvador, desde la llegada de Nayib Bukele a la presidencia, se ha generado un hermetismo de la información pública y un ataque sistemático contra periodistas que fiscalizan su gestión; el medio electrónico El Faro, por sus denuncias de hechos de corrupción ha tenido que trasladar sus oficinas administrativas a Costa Rica.

Además, en Honduras, si bien aparentemente se respeta el oficio, el gobierno ha desmantelado una agencia que protegía al periodismo.

¿Qué supone recibir el Premio Avuelapluma de Libertad de Expresión?

Un enorme gesto por parte de ustedes y mayor compromiso para mí y la convicción de que estamos del lado justo.

Los Premios Avuelapluma mantienen su apuesta por la cultura y la libertad de expresión, valores y principios por los que la prensa independiente lucha en Nicaragua y que deben prevalecer en sociedades democráticas.

Por eso, este premio a la libertad de expresión es un merecido reconocimiento al periodismo independiente de Nicaragua.

Me gusta terminar las entrevistas con esta pregunta: ¿Cuál es tu sueño por cumplir?

Que en Nicaragua haya libertad de expresión y pueda ejercer mi profesión en libertad y con dignidad y con el apoyo económico que todo medio de comunicación requiere.

Volver a Nicaragua cuando existan condiciones de seguridad y un Estado democrático que respete los derechos de las personas, para reunirme con mi familia.

FuenteAvuelapluma
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