Las Jornadas sobre la Paz sitúan a Cáceres en el epicentro de la concordia entre los pueblos
Jornadas sobre La Paz. Lorenzo Cordero.

La paz, como concepto y como motor para el desarrollo armónico de las sociedades, ha sido el objeto de debate de las jornadas que se han celebrado esta tarde en Cáceres, organizadas por la Fundación Lumbini Garden, que promueve la creación del mayor Complejo Budista de Occidente en la ciudad.

En ellas han participado como ponentes y como asistentes la delegación nepalí, que se ha desplazado desde la ciudad de Lumbini, lugar donde nació Buda, para apoyar el proyecto del complejo budista en Cáceres, con numerosos actos, entre ellos, el hermanamiento de ambas ciudades, y la bendición de las tierras sagradas sobre las que se asentará el templo cacereño.

Además, ha participado el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; el presidente de la Fundación Lumbini Garden, José Manuel Vilanova; el presidente de la Asamblea Nacional de Nepal, Ganesh Prasad Timilsina; la exalcaldesa de Madrid y jueza, Manuela Carmena, y el ex embajador de Israel y líder del proceso de paz palestino israelí con Isaac Rabin, Shlomo Ben Ami.

A todos ellos, el moderador y miembro de la fundación, Luis Cueto, les ha pedido que dieran una visión, una aproximación sobre la paz desde su propia experiencia personal.

Aproximaciones sobre la paz de tres personas que han vivido la violencia

Los tres últimos, han tenido un contacto muy directo con situaciones de violencia, como es el caso de Timilsina, que vivió la dictadura y la guerra de Nepal; Carmena, que perdió a la mitad de sus compañeros de trabajo en el conocido como Atentado de Atocha, donde fueron asesinados por ETA varios abogados laboralistas, y Shlomo Ben Ami, que ha vivido el todavía vivo conflicto palestino israelí y otros como el de Colombia.

Shlomo, el primero en intervenir y por videoconferencia,  señaló que “en occidente pocas veces se han detenido a la resolución de conflictos, siempre la Paz se han convertido en la opción correcta, después de que ya se hubieran agotado todas las demás, cuando ya no cabe otra”.

Se refirió al conflicto palestino-israelí como “el más antiguo aún abierto”, que no se acaba de cerrar porque nadie es capaz de pensar que “Jerusalén puede ser de todos, pero, en realidad, se piensa, o es mía o de nadie”.

Manuela Carmena, que además del Atentado de Atocha, del que se libró por un cambio de agenda, y que ha sido relatora de la ONU, asistiendo a gravísimas detenciones ilegales en cárceles de todo el mundo, señaló que es sorprende que España cuente con una ley que muy pocas personas conocen, como es la Ley de 30 de Noviembre de 2005, de Educación para la Paz, que recogía que cada año se debía dar cuenta en el congreso de las medidas adoptadas para ir incrementando la cultura de la paz, aunque nunca se ha hecho.

Carmena señaló que la idea de la paz se vincula siempre a la no guerra, y afirmó que, al igual que Concepción Arenal, nunca ha entendido por qué unos hombres vestidos de uniforme y con banderas pueden estar legitimados para matar y cometer crímenes.

La ex alcaldesa de Madrid afirmó que es significativo ver cómo la reivindicación de la paz empieza por una propuesta negativa: “no a la guerra”. La paz, dijo, no debe ser la ausencia de la guerra, sino una actitud, aunque hoy por hoy, sólo es una aspiración, que va avanzando”.

El presidente de la Asamblea Nacional de Nepal, en su intervención, hizo un recorrido por la lucha que ha tenido que vivir su país para pasar de la dictadura a la democracia, después de 104 años, una democracia que se consiguió gracias “a la educación y a la ciencia, que hizo que los jóvenes lucharan por un cambio en el modelo de gobierno”.

Ganesh Prasad señaló que “Nepal es un país pobre y poco desarrollado, pero si hablamos de paz, estamos a la vanguardia”, y añadió que “Buda es un mensaje de paz, sin ella el desarrollo del mundo no es posible, Buda nos ha traído hasta Cáceres, y tengo que dar las gracias porque este proyecto es muy importante para nuestro país”.

Exportar la paz a través de la Fundación Lumbini

Por su parte, Vilanova señaló que en su caso no había tenido vivencias de gran violencia como sus compañeros de la mesa redonda con la que se han inaugurado las jornadas, pero indicó que cuando conoció Nepal, pudo ver un país profundamente espiritual donde la gente siempre tenía una sonrisa en su cara. Allí, dijo, “despertó mi amor por la naturaleza y por la paz”, y de ahí surgió la idea de crear la fundación y exportar, a través de ella, la idea de la paz.

El presidente de la Junta de Extremadura cerró las intervenciones afirmando que “no abracé este proyecto porque vaya a haber una estatua gigante de Buda, que también, sino porque hoy estamos hablando de los principios que hacen a las sociedades mejores, más dignas y justas”.

Para nosotros, afirmó, “Buda en este proyecto no es una estatua, sino un símbolo de respeto”.

Momentos antes del comienzo de las jornadas, la Fundación Lumbini ha suscrito un convenio con la Universidad de Extremadura para crear un Centro de Estudios para la Paz.

Tras la mesa redonda inaugural se han celebrado otras dos sesiones, una sobre la importancia de los estudios asiáticos y, una segunda, sobre la expansión del budismo como filosofía de paz en Occidente.

 

 

 

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