Nevado expulsa a los activistas de Encierro Dignidad, que criticaron la decisión del Gobierno local de no convocar 103 plazas del Plan de Empleo Social.
En el penúltimo pleno municipal del año (todavía resta uno extraordinario para aprobar las cuentas municipales de 2016) se cruzaron los reproches, con las lágrimas y la intervención policial, en un clima de crispación previo a las Elecciones Generales del pasado domingo, pero que está empezando a ser una tónica de este Ayuntamiento, que vive una cierta convulsión desde que la mayoría absoluta se esfumara el pasado mes de mayo.
La alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, expulsó del pleno a una treintena de activistas del colectivo Encierro Dignidad que se encararon con los ediles de la corporación, durante una protesta contra el Gobierno local por no convocar 103 plazas del Plan de Empleo Social promovido por la Junta de Extremadura.
El Pleno debatía en ese momento una moción conjunta del PSOE y CáceresTú (CCTú) sobre la convocatoria de procesos selectivos del Plan de Empleo Social. El PP ha votado en contra de la moción, que solicitaba que el Gobierno local ampliase las contrataciones del plan (que ha convocado solo 60 plazas en dos fases, de las 163 posibles), y C’s se ha abstenido, por lo que la moción no ha salido adelante.
“Sois basura”
Acto seguido, algunos activistas del colectivo, que mantienen un encierro en la parroquia cacereña de Guadalupe desde el pasado 4 de diciembre, han comenzado a gritar “queremos trabajar” y “sois basura”, “ladrones” y “sinvergüenzas”, por lo que Nevado ha llamado a los agentes de la policía local, que aguardaban fuera del salón de plenos, para que desalojaran a los manifestantes.
La alcaldesa ha pedido a los agentes que identificaran a las personas que estaban insultando, porque “yo tengo que velar por el respeto a todos los concejales y a esta institución”. Nevado ha insistido en que “no voy a permitir que se insulte a ningún concejal, porque aquí estamos por voluntad de los ciudadanos”.
En este sentido, la regidora cacereña ha aseverado que “es responsabilidad de los políticos velar por el respeto al cargo que cada uno ocupamos, porque luego pasa en la calle lo que pasa”, en referencia al puñetazo que un menor propinó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Pontevedra.
Durante su alegato, Nevado ha recriminado al portavoz del Grupo Municipal Socialista, Luis Salaya, que no estaba en el uso de la palabra, y ha lamentado “enormemente, que ese sea el talante en el que se ha instalado” el PSOE.
En el debate de la moción Salaya ha criticado que el PP “haya boicoteado el Plan de Empleo Social en Cáceres”, cuando en otras localidades gobernadas por los populares, como Badajoz y Plasencia, “han hecho un esfuerzo para sacar adelante un mayor número de puestos de trabajo”.
El portavoz municipal, Rafael Mateos, le ha respondido que el mencionado plan “se ha hecho por decreto, unilateralmente; sin negociar con las diputaciones, ni los ayuntamientos”. Y que “la realidad” del mismo es que la Junta deja de pagar 7 millones de euros de renta básica”.
La protesta de los integrantes de Encierro Dignidad ha continuado a las puertas del Ayuntamiento, donde han desplegado una pancarta en la que se podía leer “¡Queremos trabajar! Plataforma de Parados de Cáceres”.
“Me da igual que me denuncien”, gritaba una de las mujeres del encierro, la misma que durante la sesión plenaria se había dirigido a la alcaldesa, entre lágrimas, preguntándola “cómo podía dar la espalda a la posibilidad de contratar a más de 100 personas; gente que lleva mucho tiempo sin trabajo y con grandes necesidades”.
“Insensibilidad absoluta”
Antes de abandonar el salón de plenos, un miembro del Encierro Dignidad, Jaime Silveira había hecho lectura de un manifiesto en el que se tachaba al Ayuntamiento de Cáceres de tener una «insensibilidad absoluta» en este asunto al no convocar la totalidad de las plazas del Plan de Empleo Social y «devolver» casi 618.000 euros de dinero destinado a las subvenciones de las plazas.
Desde este colectivo se ha pedido también al equipo de Gobierno una política de empleo que «saque de la desesperanza» a los 11.000 parados que hay en la capital cacereña. «Desde nuestro punto de vista no es un problema de dinero, es un problema de voluntad. Lo que creemos es que, por desgracia, no somos prioritarios, somos segundo plato o ciudadanos de tercera», en palabras Silveira.
Pese a la situación de evidente crispación, dado que el Ayuntamiento de Cáceres es el único que no va a agotar la subvención de la Junta para convocar todas las plazas, la alcaldesa cacereña, Elena Nevado, ha asegurado que “ni es un plan, ni es social”, porque ataca la Ley de Racionalización de la Administración local, dado que el consistorio debe financiar parte del plan con 206.000 euros.
Según Nevado, la Junta “quiere disponer de las cuentas públicas de los ayuntamientos, que permiten a los alcaldes pagar la luz, la basura y todos los servicios de la ciudad, como también las ayudas sociales”.
El Plan de Empleo Social se ha convertido en el catalizador de los reproches entre los ediles del Ayuntamiento, justo en el momento en el que la corporación daba luz verde, por primera vez, a un Plan de Rescate Ciudadano.
Los concejales que han protagonizado varios rifirrafes provocados por el mencionado plan, convocado por la Junta de Extremadura pero que tiene que gestionarse por los ayuntamientos, por lo que su puesta en marcha se ha convertido en un «arma arrojadiza» entre el PSOE (que gobierna en la Junta) y el PP (que lo hace en el consistorio cacereño).
El portavoz de C’s, Cayetano Polo, se ha referido precisamente a esa «guerra» entre los dos partidos y ha lamentado que se haya perdido la oportunidad de llegar a un consenso respecto a este asunto por parte de todos los grupos políticos.
«Lo que ha pasado hoy aquí es fruto del discurso electoralista de unos y de otros», ha lamentado Polo.
Eduardo Villaunueva /
