¿Cuáles son las principales líneas de actuación del IMEX?

Este año es nuestro 20 aniversario y a grosso modo podemos distinguir dos bloques: el tema de la igualdad y el tema de la violencia de género con todos los recursos que tenemos en nuestra red de atención integral a víctimas.

Tenemos puntos de atención psicológica, con 36 oficinas de atención en todas las mancomunidades y en las ciudades más grandes y las Casas de la Mujer de Cáceres y Badajoz, que además del dispositivo de acogimiento cuentan con una atención integral: psicológica, económica, jurídica, social… tenemos ayudas destinadas a las víctimas y en este año hemos pasado de un millón a un millón y medio de euros para que ninguna mujer se quede atrás.

Por otra parte tenemos las políticas de igualdad, que son la base para crear la igualdad necesaria para erradicar la violencia de género. Si no somos igualitarios en lo estructural  no avanzaremos para erradicar la violencia de género.

Las políticas de igualdad parten del objetivo principal de focalizar con la población general con la educación de manera trasversal para que todas las políticas; en el empleo, deporte… y ha de ser así para conseguir la igualdad real.

Uno de nuestros objetivos es la población joven y colaboramos con los centros educativos porque son la generación de la igualdad, son esa base.

Con la población en general trabajamos a través de las asociaciones de mujeres que están en cada uno de nuestros municipios. Todo ese movimiento feminista que ha estado siempre y hay que reconocer esos 40 años de ese movimiento feminista en Extremadura y gracias al calor de ese movimiento feminista fuimos capaces de crear un organismo como el IMEX.

Por tanto, no podemos olvidarnos de las asociaciones de mujeres, del movimiento feminista que dinamizan todo el tejido asociativo y todo el tejido empresarial de nuestro territorio.

Además, tenemos proyectos preciosos como con CERMI, que presentaremos próximamente sobre la violencia sexual contra las mujeres con discapacidad; otro con mujeres gitanas que está siendo también muy interesante. De lo que se trata es que las mujeres sean independientes a través de la formación y el empleo.

¿Qué significa para ti el 8 de marzo?

El Día Internacional de la Mujer es muy importante. El lema para este año es el de ‘Objetivo Igualdad’ porque es el objetivo estratégico del conjunto de la sociedad extremeña. Una sociedad quiere ser más justa, más igualitaria y más productiva. ‘Objetivo Igualdad’ significa también progresar y representa a esta niña que quiere un mundo igualitario y en el que estamos trabajando desde los gobiernos.

Para nosotras el 8 de marzo es una puesta a punto en nuestra agenda de políticas feminista. Ahora nos paramos y pensamos en los logros conseguidos y marcamos los nuevos retos que queremos conseguir.

Tenemos que seguir reivindicando a pesar de los avances de estos 20 años, pero quedan muchos objetivos de igualdad con el hombre.

Hay que reivindicar por las que ya no están, por las que estamos y seguimos luchando para que las generaciones venideras se sientan orgullosas de nosotras y desde luego por la generación de nuestras hijas y nuestros hijos. Tan importante es que vaya dirigido tanto a ellas como a ellas.

Empezaste en este cargo hace unos meses, en plena pandemia… imagino que habrá sido muy duro

Tenía sentimientos contradictorios. Por una parte estaba ilusionada y con muchas ganas, pero por otro lado, tenía mucho trabajo por delante porque esto ha afectado tanto a nivel sanitario como económico y a la igualdad.

La situación, por supuesto, ha afectado mucho más a las mujeres que a los hombres. La crisis sanitaria, económica y social ha dejado al descubierto las desigualdades entre hombres y mujeres en relación a corresponsabilidad, cuidados y los datos de paro, ponen de manifiesto que las mujeres se llevan la peor parte. Sobre todo ha afectado a los empleos en los que trabajan sobre todo las mujeres: servicios, hostelería o tareas domésticas.

Por eso el 75% de las acciones en materia de empleo de la Junta de Extremadura están destinadas al empleo femenino y es necesaria una discriminación positiva. Además, el 95% de las empleadas públicas se acogieron a la reducción de jornada en pleno confinamiento porque no teníamos ni escuelas ni centros de mayores abiertos. Las mujeres se quedan en casa con esa doble jornada laboral y de cuidados. Desde la Junta impulsamos el plan concilia para ser una ayuda para esas familias en las que no podían compaginar la vida familiar y laboral.

Lo que es cierto es que la convocatoria del teletrabajo, como dato positivo, en el que hubo más hombres que pidieron el trabajo que mujeres, con un 54,3% de hombres trabajando desde casa.

El Covid ha puesto de manifiesto el papel de la mujer y de los cuidados. Por otro lado, el teletrabajo ha venido para quedarse y hacerlo 2 o 3 veces por semana era necesario.

¿Cómo ha afectado esta situación a las víctimas de violencia de género?

Pues la situación de las víctimas se ha visto agravada e intentamos proteger a las mujeres y vivían las 24 horas con sus agresores. Muchas de ellas no habían denunciado porque no habían podido por la situación o por miedo.

Extremadura es una región súper extensa, con mucha población rural ¿Cómo trabajáis en ese sentido?

Tenemos nuestra Red de Atención y nuestra Red de Oficinas de Igualdad, nuestros pequeños IMEX en los territorios. Extremadura es rural y tenemos que llegar a todas. Las oficinas de igualdad trabajan, forman e informan desde la educación hasta la participación de las mujeres en los municipios. Además, atienden a las mujeres víctimas de violencia de género porque nuestra red está formada no solamente dinamizan, educan y forman.

Nosotras, desde el IMEX, siempre hemos tenido claro que hay que trabajar con asociaciones del tercer sector, con entidades, con asociaciones, con movimientos feministas que trabajan en el territorio como Fademur y, por supuesto, con el empleo como cooperativas de mujeres, informar sobre las explotaciones agrarias. Hay que reivindicar el papel de las mujeres rurales: ganaderas, labradoras, ceramistas… y no las tenemos referentes porque nunca nos las han mostrado. Es muy necesaria la visibilización de la mujer rural, que además siempre ha tenido una doble jornada; la casa y el campo.

Además, hay que formar a las mujeres autónomas, realizar asesoramiento y acompañamiento.

¿Qué pasa con la violencia sexual?

Tenemos un programa de violencia sexual y que vamos a trabajar más a pie de calle. Tenemos una gran plataforma en violencia de género pero no tanto en violencia sexual porque no está recogida. Al fin y al cabo es una violencia hacía nosotras porque se ejerce por el simple hecho de ser mujer.

Está también dentro de nuestras parejas y exparejas, no solo es el que te coge por la calle y te viola. Además, está presente en todas las capas sociales, puede ser una jueza, una chica que vaya corriendo, o cualquier mujer que pasa por la calle.

Gracias al movimientos como el Me Too hemos visto que la sufrimos todas. La violencia contra la mujer es estructural.

 Por último, me gustaría hablar de la nueva masculinidad y la educación con los más jóvenes

La clave es la educación. Estamos haciendo más de 190 actividades durante el mes de marzo en tema de igualdad. La cuestión es que cómo puede ser que con tanta información siga habiendo índices muy altos de violencia sexual y micromachismos. Lo peor es que son incapaces de reconocerlos. De verdad que es un drama. Estamos más informadas y formadas que nunca y tenemos esos datos. Trabajamos de manera incansable en este sentido.

De las 190 actuaciones de este mes contemplan talleres de nuevas masculinidades en casi todos los instituto de nuestra comunidad, de relaciones sanas, destruir el mito del amor romántico…

Tenemos un proyecto muy bonito con Portugal en los que han realizado unos cortos, han ido a un concurso y han ganado 3 cortos sobre lo que les interesaba y que ven en su día a día. Lo más grave es que decían que ponerse en el papel de la protagonista porque conocían a chicas que estaban sufriendo ese acoso: pasar fotos de la chica con sus amigos, amenazarla con si no hace lo que él quiere se va con otra, espiar el móvil… son situaciones que han puesto de manifiesto porque ellos saben que está mal y quieren concienciar a sus compañeros.

La mayoría de la juventud es sana y está concienciada, pero sigue habiendo un tanto por ciento que no, y en pleno siglo XXI, y la clave está en la formación y en la sensibilización en igualdad.

 

 

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