Juan Rana Alcántara

Hablamos con Miguel Magdalena, miembro fundador de la compañía teatral Ron Lalá y creador de la música de ‘Andanzas y entremeses de Juan Rana’, que subirá a las tablas, este viernes, 5 de agosto, en el Festival de Teatro Clásico de Alcántara.

El espectáculo reivindica, a través del humor de los entremeses, a la figura de Cosme Pérez, Juan Rana, un autentico defensor de la libertad a través de la risa.

Lo primero que quiero saber es por qué habéis elegido a Juan Rana para protagonizar una obra de teatro

Pues mira, Juan Rana, es nuestra primera súper star del humor. Estamos hablando de un actor, Cosme Pérez, que encontró a un personaje con tanta profundidad y que llegó tanto al espectador del Barroco español, que es Juan Rana, con tanta dimensión que todos los autores principales del siglo de oro decidieron escribir obras para él. Hablamos de Calderón de la Barca, de Lope de Venga, de Jerónimo de Cáncer, los dramaturgos de cabecera del momento.

Hasta ahora ha sido un personaje desconocido para el público, no tanto para el mundo del teatro, ya que los teatreros lo conocemos más. No obstante, es un personaje que ha representado a distintas esferas de la sociedad: Juan Rana ha sido alcalde, policía, de todo, de laguna manera era una figura que nos apetecía traer hasta aquí, por su trascendencia y su profundidad.

Háblame del proceso de documentación, que luego llevaría al proceso creativo.

El proceso creativo siempre es un proceso de toda la compañía, pero tenemos la figura de Álvaro Tato, nuestro dramaturgo, que además se mueve en su terreno, que además se mueve en su terreno porque es un gran conocedor de la dramaturgia barroca.

Primero hizo una preselección de textos en los cuales se encontraron entremeses, un género concreto del siglo de oro.

Sus tentáculos históricos, para nosotros, llegan hasta el sketch, eran los entretiempos de las obras. Álvaro Tato buceó en estos entremeses y nos presentó una selección bastante amplia sobre Juan Rana. Ahora bien, no es lo mismo que escriba Calderón, que escriba Lope o Jerónimo de Cáncer, por lo que realizó un espectro lo suficientemente grande para tener una visión global del personaje como actor del siglo de oro y súper star del Barroco. Tanto es así, que algunas obras anunciaban que actuaba Cosme Pérez como reclamo para el público.

De alguna manera, todos esos entremeses juntan, tanto su trascendencia como personaje cómico, como personaje dramático del Barroco.

Sin hacer spoilers, ¿aparece en la obra la sonada boda de Juan Rana?

¡Por supuesto! Estamos hablando de un personaje que hizo de mujer en su propia boda en el siglo XVII y con una autoridad mucho más intensa que la que tenemos ahora, que ya lo es bastante.

Tenían muchas más maneras de llegar a todos los estratos de la sociedad. Este señor fue un valiente porque, bajo pena de que te quemen en la hoguera, hizo de mujer, hizo de ‘puto’, como se decía por aquel entonces, y fue juzgado en su momento por homosexual y, como sería que, gracias a sus contactos en la corte, se libró de cumplir la condena.

No se puede hablar de Juan Rana sin hablar del espectro social que él representó y que supuso para la España de aquel momento.

En vuestro dossier aparece que Juan Rana es sometido a juicio por el delito de hacer reír y hacer comedia ¿sigue siendo un delito ahora mismo?

Sí, estamos continuamente midiendo los comentarios hasta en la cenas con los amigos. El humor lo baña todo con una pátina de diversión. El humor no juzga realmente en el sentido más jurídico del término. Simplemente viste y pinta situaciones de una determinada manera. El humor puede hablar de todo.

 
 
 
 
 
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En el caso de la obra de ‘Andanzas y entremeses de Juan Rana’ pensamos en hacer un juicio a la risa de alguna manera. Ahora mismo estamos en una situación parecida, aunque nos falta un Quevedo que se salte ciertos asuntos por lo alto de la tapia. Sí que vemos que hoy en día hay una autocensura con el humor y el pensamiento en general, es una especie de era de la ofensa, con todo el derecho del mundo, porque cada uno tiene el derecho de pensar lo que le dé la gana, pero también tenemos el deber de escucharnos para saber lo que piensan los demás. Las acciones son dañinas, el pensamiento no.

 Con todo esto que me has contado ¿es necesario reivindicar la figura de Juan Rana y otras figuras del Barroco no tan conocidas como ‘La Calderona’ o ‘La Roldana’?

 Es importante reivindicar la libertad, que está presente de forma continua en todos los movimientos artísticos. Juan Rana es un estandarte de la libertad. Hablamos del alcalde, de los poderes fácticos, del pueblo, de profesiones diferentes… de alguna manera, Juan Rana es una reivindicación de los que nos pertenece como personas, la libertad, que se nos intenta arrebatar solapadamente desde los estamentos más altos.

¿Cómo está siendo la acogida de este Juan Rana?

¡Hemos hecho un viaje que no veas! Empezamos el 8 de marzo de 2020 en le Teatro de la Comedia de Madrid, justo antes del confinamiento. Desde ese momento, Juan Rana esperó 3 meses para salir al escenario y comenzamos una gira cumpliendo con todas las condiciones sanitarias del momento.

Tuvimos que lidiar con el miedo porque mucha gente valiente se acercaba al teatro sin saber lo que les podía pasar, con la aceptación y con la risa que ha supuesto estos 2 años de gira que llevamos.

El público se lo pasa muy bien, hace unos días estuvimos en el Festival de Coria y la gente acaba de pie porque se siente identificada con la libertad de Juan Rana y se olvida, aunque sea por un rato, de cosas que tienen mucho peso.

Por último, ¿por qué nadie puede perderse vuestra obra?

Yo siempre he dicho, y estoy en Ron Lalá desde su fundación, que un amigo o una amiga me llevase a ver a Ron Lalá. Esta compañía tiene una energía que es limpia, divertida, ligera. Vas al teatro a pasártelo bien y te vas a sentir identificado, te vas a ver representado o representada en Juan Rana, hay un musicón precioso y esta obra tiene un ritmo muy alto y unas ganas de vida insustituibles. Además Alcántara es un espacio estupendo ¡toma ya!

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