Está claro que no todo el mundo sirve para subirse a un escenario. Hay que tener mucho amor por las tablas para salir ante un público para contar historias y más todavía si apenas hay referentes con los que te identifiques. Y es que claro, ser mujer y tener discapacidad intelectual no es tarea fácil.

Conviene hacer un ejercicio de memoria para ver si a alguien se le viene a la cabeza alguna persona con discapacidad que salga en la tele o en alguna peli. ¡Bingo! ¡Campeones! Ups, pero solo hay una chica. El resto de jugadores son hombres…

Desde Plena inclusión Extremadura, luchan por cambiar esta realidad. Para ello, entre otras actividades, están promoviendo la cultura como una herramienta en pro de la igualdad.

Ya el año pasado, pusieron en marcha con la ayuda del Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX) la exposición fotográfica ‘Yo mujer, tú cómplice, ellas luchadoras’, en la que Jorge Armestar hizo un trampantojo entre mujeres con discapacidad y figuras femeninas relevantes como Marie Curie, Malala o Frida Kalho. La exposición ha sido vista por más de 130.000 personas.

Las mujeres con discapacidad son más vulnerables a sufrir todo tipo de violencia y abusos

Esta muestra es el germen de su nuevo proyecto teatral, cuyo pase previo se ha podido ver en la Nave del Duende. Esta obra de teatro inclusiva, supone un viaje hacia ellas mismas, a su empoderamiento persona e individual, que transformará su realidad en otra completamente distinta.

Así, la obra invita al público a entrar sin riesgos ni prejuicios en sus vidas. Todo un ejercicio de tolerancia a través del teatro que servirá para extraer emociones y sensaciones completamente nuevas.

La cultura es una de las mejores armas para provocar cambios significativos en la sociedad. Gracias a iniciativas como esta la exposición y la obra de teatro posterior, se cambia un poco el mundo.

‘Ellas, movimiento’, mujeres que hacen girar el mundo

“Ellas, en movimiento” es una idea original y producción de Plena inclusión Extremadura. La dirección teatral y dramaturgia corre a cargo de Cristina D. Silveira, que cuenta con Inmaculada González Pedrosa como ayudante de dirección.

Como no podía ser de otra manera, cuenta con un elenco de lujo formado por 14 mujeres con discapacidad intelectual: Estefanía Pacheco Delgado, Yara Solís Aldanas, Rosa María Chamizo, Laura García Saez, Ángela María Jiménez Calderón, Josefa Núñez Moreno, Isabel Cortés Rodríguez, Inmaculada Gómez Cortés, Cristina Gallego Herrera, Magdalena Sierra Crucera, María Luisa Sierra Crucera, Sheila Claudia Torvisco, Marta Monzón Vera y María Cacho Nogales. Por si esto fuera poco, el espectáculo cuenta con la colaboración especial de Chloé Bird.

Además, Javier Herrera Corbacho es el responsable del vestuario y maquillaje y David Pérez Hernando es responsable de iluminación. La obra tiene previsto su estreno en febrero en la Sala Trajano de Mérida.

Por último, cabe mencionar que esta actividad se incluye dentro del programa de Mujer, financiado por la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales de la Junta de Extremadura, con cargo a la asignación tributaria del 0’7% del IRPF; además, cuenta con la colaboración del Centro de Artes Escénicas y de la Música de Extremadura (CEMART), de la Consejería de Cultura e Igualdad de la Junta de Extremadura.

Ser mujer con discapacidad

Ser mujer y tener discapacidad supone sufrir una doble discriminación. Por tanto, estas mujeres son mucho más vulnerables y se evidencia en mayor desempleo, salarios inferiores, menor acceso a los servicios de salud, mayores carencias educativas, escaso o nulo acceso a los programas y servicios dirigidos a mujeres en general. Por todo esto tienen un mayor riesgo de padecer situaciones de violencia y todo tipo de abusos.

El argumento

Con la evolución de la exposición a las tablas se refleja la historia tanto de las protagonistas históricas y se realiza un paralelismo con las mujeres que se suben al escenario. Además, el hilo narrativo se complementa con música y frases grabadas de algunas más importantes de la historia.

Hay que subrayar que es la primera vez que estas mujeres se suben al escenario y para ellas ha sido toda una experiencia vivir los momentos del camerino, las pruebas de vestuario, maquillaje caracterización y, como no, los aplausos del público. Todo esto da como resultado una obra muy emocionante a la par que reivindicativa y sobre todo, muy feminista.

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