Hablamos con Pasión Vega, una artista en constante evolución que presenta en Plasencia, en el marco de Las Noches de Santa María, su nuevo trabajo ‘Todo lo que tengo’, un recorrido por el folclore de las dos orillas, que gracias a la música, están más unidas que nunca.
Cuéntame cómo ha sido el proceso creativo de ‘Todo lo que tengo’
Fue muy bonito desde el principio. Contacté con Gustavo Guerrero, el productor del disco porque siempre he tenido muy claro que era un trabajo que tenía que hacer de la mano de alguien que conociera muy bien todos los folclores de las dos orillas.
Fue un proceso largo, de meses, para buscar las canciones del repertorio, que fue quizá lo más complicado, porque era una aventura trasladar a este disco los ritmos que aún se tocan en toda Latinoamérica y hacerlo de una manera lo más autóctona posible. Además, había que encontrar las temáticas, los autores y autoras e instrumentos que nos han aportado.
Igualmente, fue una aventura también de grabar en México. La verdad es que ha sido un proceso muy bonito y todavía me dura esa felicidad y esa alegría.
¿Por qué este viaje a Latinoamérica?
Siempre hablamos de que tenemos un tronco común, tanto Latinoamérica como España, siempre hablamos de los cantes y los aromas de ida y vuelta, pero yo quería sentirlo en mi piel. Además, quería hacerlo a través de composiciones contemporáneas, hechas con el lenguaje del hoy para la mujer y el hombre de hoy. El hecho de versionar canciones que ya están hechas me parece una apuesta hermosa. Yo ya había versionado canciones de José Alfredo Jiménez, de Violeta Parra y el cancionero popular americano. Ahora me apetecía sumar a ese cancionero con compositores y músicos contemporáneos como Silvana Estrada, una mexicana que solo tiene 26 años, Esteban Copete y gente con la que he trabajado como el maestro Jorge Drexler, una voz fundamental a la hora de entender el mestizaje hoy.
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Ahora has trabajado sobre el folclore latinoamericano pero tu carrera continúa coherente, porque sigues homenajeando a la música popular, ya sea unas peterneras, danzonete o una copla porque en realidad es la música del pueblo
Claro, es la música del pueblo, es la música de la emoción. Realmente, cuando me he encontrado con esa patanera gualteca o esa malagueña cubana me he encontrado con mis raíces, con mi infancia, con mis comienzos.
Yo empecé en Málaga primero en un concurso de radio, Málaga canta, que teníamos que hacer canciones populares con esencia del sur, justo después me presenté a un concurso de malagueñas y ahora me doy cuenta de que la armonía y la estructura son tan parecidas a la malagueña venezolana, salvando los kilómetros y los sonidos. Muchas veces es la forma de acompañar los instrumentos lo que las hace diferentes. Sin embargo, yo creo que queda muy presente el sentir en propia carne dónde está ese origen. Realmente estamos conectados y es increíble el puente que nos une a través de la música.
Además, me ha recordado a mi padre con carlos Gardel, a la vez que me encantaba Sabina o Imperio argentina, las rancheras o violeta parra. Ahora lo cuento con mi propio lenguaje y mi propia experiencia, incluso Carlos Cano, que mezcló la canción protesta con la copla, la crítica y el poder social con muchísimos ritmos como habaneras, sonidos andalusíes, portugueses… lo hizo muy bien y muy bonito.
Con respecto al directo de esta gira ¿cómo has trabajado la puesta en escena, la iluminación?
Cobran vida los colores musicales, todos esos ritmos y sonidos de los diferentes instrumentos. Voy acompañada por seis musicazos increíbles, muchos de ellos tocan varios instrumentos y conseguimos ese colorido de la marimba, el piano, la guitarra portuguesa, el ukelele bajo, la guitarra española, sobre todo la parte percusiva, los tambores… todo eso es fundamental para que este concierto tenga esta vida y podamos llevar al público a viajar con nosotros a Cuba, en el Caribe, en Argentina.
Es un proyecto muy divertido en el que nos miramos, nos sentimos y también hay momentos para la improvisación y para saber qué propone cada uno.
Es un espectáculo muy cerrado y muy teatral pero al mismo tiempo, cada uno tenemos una parte que aportar como músicos y como artistas.
Llegas a Plasencia a poner el broche de oro a las noches de santa maría ¿por qué es importante que una institución como la Diputación de Cáceres apoye este tipo de iniciativas culturales más allá de las grandes capitales?
Efectivamente, me hace muchísima ilusión este concierto y tocar en esa plaza tan bonita y tan mágica como es la de Plasencia. Se trata de un lugar muy especial para la comarca y en estos tiempos tan complicados nos hemos dado cuenta de que la música y la cultura es algo esencial, algo que nos hace falta. Va a ser un reencuentro con el público, que disfrutará de esa suavidad, de todas esas piezas que llevamos y de la música y de los textos y de aquello que nos hace soñar y despertar. Son tiempos bonitos aunque seguimos con algunos miedos, pero hay que sacar la cabeza del cascarón y sonreírle a la vida a través de la luz a través de la música, que para eso estamos.
Para terminar, ¿por qué nadie puede perderse a Pasión Vega en la Plaza Mayor de Plasencia?
Lo estamos viviendo como algo muy especial, no es algo habitual cantar en la plaza de la iglesia porque no siempre hay un lugar para los conciertos, por eso, voy con todo, con toda la pasión y las ganas. Si eso es suficiente para llamar al público ¡yo encantada! Les esperamos a todos.