No hay grandes diferencias entre la sociedad portuguesa y la española
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Resulta llamativo que Portugal, un ejemplo a la hora de contener la pandemia en la primera ola, ahora está batiendo récord de contagios ¿Qué crees que ha pasado?
Durante la primera ola, los portugueses fueron muy cautos, incluso con medidas bastante leves por parte del gobierno, al ver lo que estaba ocurriendo en países vecinos (España, Francia e Italia).
 
Durante la tercera ola, creo que varios factores pueden influir y ayudar a explicar la situación actual. Uno, la fatiga de la población después de tantos meses de confinamientos, restricciones y nuevas normalidades, que hace que los ciudadanos se harten y relajen. Dos, el alivio de medidas en semanas previas a, y durante, las Navidades. Y tres, el impacto de la cepa británica, más contagiosa y letal.
 
¿Cómo está viviendo la sociedad portuguesa esta situación?
En mi opinión, no hay grandes diferencias entre la sociedad portuguesa y la española. Tenemos una personalidad muy parecida. En general, el comportamiento de la población está reaccionando a las propias medidas marcadas por las autoridades. Si éstas son severas, la población cumple. Si éstas son permisivas, la población se relaja.
 
En la tercera ola, en general, se percibe un nivel más alto de miedo. Es muy fácil que, en los círculos cercanos a las personas, se estén dando casos de personas afectadas. Durante la primera ola, era muy remoto conocer directamente a un afectado por el COVID-19. Sin embargo, este miedo se da de forma diferente ente segmentos distintos de la población. Las personas mayores (y más vulnerables) tienen más miedo y cautela, mientras que las personas jóvenes están más distendidas… Entre los jóvenes, esta sensación de fatiga, antes mencionada, todavía es mayor.

¿Cómo funciona la sanidad pública portuguesa?

La sanidad pública portuguesa no proporciona a los ciudadanos las mismas ventajas de equidad, gratuidad y acceso, en comparación con otros países de su entorno como España.

 
Se financia principalmente con impuestos generales. Aunque todos los ciudadanos portugueses e inmigrantes tienen derecho a asistencia sanitaria gratuita, existe co-pago en consulta, pruebas diagnósticas, farmacia y urgencias. Otros servicios, como análisis de sangre, son externalizados y llevados a cabo por entidades privadas. Los tiempos de espera para ciertas intervenciones son muy largos.
 
Una impresión mía: cualquier persona que se lo pueda permitir tiene un seguro privado, especialmente en los grandes núcleos urbanos (donde vive la mayoría de la población portuguesa).

¿Consideras necesaria la intervención de otros estados europeos en Portugal?

Portugal es uno de los países con menor capacidad hospitalaria per cápita en Europa. Durante la tercera ola, la capacidad en los hospitales y centros de sanidad pública, está en niveles preocupantes. Los hospitales y centros de sanidad privada no están tratando,

todavía, casos de COVID-19. Aquí podría haber una capacidad adicional. También se está solicitando la colaboración de voluntarios para ayudar en tareas de soporte. Si esto no fuera suficiente, sí que podría ser necesaria la ayuda externa.

Por otro lado, en el plano económico ¿el gobierno está ayudando a las empresas portuguesas?

 
En este plano estamos viviendo una situación muy similar a España. La pequeña y mediana empresa se encuentra bastante desamparada por parte del estado. Ayudas que no están claras, que no afectan a todos por igual y que tardan en llegar. No es entendible este descuido hacia un sector tan importante para el desarrollo y crecimiento de la economía de un país.
Por último, ¿cómo crees que será Portugal una vez que pase esta crisis?
 
Toda crisis deja huella. Hay algunos frentes que no son recuperables: las personas que han perdido la vida a causa de la pandemia, desgraciadamente, ya no volverán. A nivel económico y laboral, países como Portugal y España, en los que sectores como Cultura, Turismo y Hostelería (altamente afectados por la pandemia) representan hasta un 30% agregado de su Producto Interior Bruto, no hay otra consecuencia que la recesión. Si estos sectores se recuperan y, otros sectores en crecimiento, se mantienen… la vuelta a niveles pre-crisis no debería tardar en llegar pero, aún así, vamos a tener un horizonte oscuro a corto plazo. En otro orden más global, cambios hacia una mayor unidad social y medioambiental, como se intuían y se esperaban al principio de la crisis, parece que se están difuminando con el tiempo.
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