Fue el último en sumarse a la carrera electoral y el candidato más joven. Tiene 26 años, estudia Derecho en la UEx y pertenece a la familia socialista desde que tenía 14 años. Su candidatura está apoyada por nombres propios como los de Marcelino Cardalliaguet y María José Pulido (exdirectora del IMEx)
¿Consideras que tu juventud es una ventaja o un handicap?
Yo me presento con un proyecto muy serio. Y hay un dato importante que resaltar. Es cierto que si yo salgo como candidato del PSOE, sería el candidato más joven que se ha presentado a las elecciones en esta ciudad, pero lo que no sería, con toda seguridad es el que menos tiempo lleva militando en su partido. Yo llevo militando activamente en el PSOE desde los 18 años y participando en JJSS desde los 14 años. No sería el candidato que menos experiencia política tiene. Elena Nevado, sin ir más lejos, cuando se presentó a las elecciones tenía mucho menos experiencia política que yo. He ido en las dos listas electorales anteriores, llevo el Área de Política Institucional y Municipal en la Ejecutiva Federal de JJSS y llevo tiempo trabajando con alcaldes y concejales de toda España…
¿Quieres decir que tienes una trayectoria?
Exacto. No es una locura. Esto no es una ocurrencia. No me presento a la primarias por tener 26 años, sino que tengo una trayectoria, planteo un proyecto nuevo, un cambio visible. Si tuviera 45 años, me presentaría a estas primarias y el proyecto no perdería absolutamente nada de fuerza. Aporto una nueva forma de ver las cosas en cuanto a los liderazgos compartidos y el trabajo en equipo. No es un proyecto individualista.
¿A qué te refieres con ese cambio visible?
Decirle a la gente que estamos haciendo algo diferente, con gente de la calle que tiene los mismos problemas que cualquier ciudadano. Además de aportar una dinámica de progreso y de regeneración que es necesaria. Entiendo que es fundamental dar un nuevo horizonte a Cáceres; darle la visión y la posibilidad de poder volver a ilusionarse con algo. En Cáceres ahora (la mayor parte de la gente) se vive peor que hace unos años. Por eso hay que volver a proyectar la ciudad.
¿En qué sentido iría esa nueva proyección de ciudad?
Pues Cáceres necesita un cierto tejido industrial y hay que hacer una apuesta seria y decidida por la creación de empresas y la atracción de industrias ya existentes. Esto parece una apuesta poco realista, porque vivimos inmersos en la apuesta constante por el turismo. Pero hay que cambiar las cartas que nos ha venido dadas. Pero si no queremos resignarnos a la despoblación del territorio debemos bucear en estas alternativas y competir en espacios donde no habíamos tenido presencia antes. Teníamos un gran proyecto con el Embarcadero y el Garaje 2.0 y no se está aprovechando como se debiera. Podemos generar buenos entornos de trabajo, porque Cáceres puede resultar un espacio de creatividad magnífico, como sucede con el Centro de Cirugía de Mínima Invasión.
¿Qué consideras que se ha dejado de hacer en los últimos años en la ciudad?
Durante la legislatura de Nevado se ha frenado una apuesta por la cultura que se llevaba haciendo en Cáceres en los últimos años. Estamos peor que en los últimos años de Saponi, cuando vivíamos con la sensación del Cáceres se muere… Ahora estamos aun peor; solo que es una muerte silenciosa, porque Elena Nevado la organiza muy bien. Traemos unos cuantos grandes conciertos al año, con entradas elevadas para que se financien solos y así damos la sensación de que esto se mueve. Pero en realidad no hay apenas actividad y un apoyo mínimo a los dinamizadores culturales de esta ciudad.
Por otro lado, está la organización de la ciudad con respecto al centro y las barriadas. Ahora mismo se mantiene la apuesta en el centro de la ciudad, pero a costa del abandono de las barriadas (deterioro en parques y calles; con una falta de inversión patente). La nueva distribución de las líneas de autobuses urbanos es un claro ejemplo de esto. Tiene que haber una apuesta decidida porque no se viva mejor en el centro que en barrios más alejados. Que no se tenga mayor acceso a servicios públicos en el centro, con respecto a otras barriadas.
En general, hay un desmantelamiento de los servicios públicos, como es el caso del autobús urbano, y de las infraestructuras en los barrios. Además, la política social no existe, son recursos se destinan a la caridad.
Eduardo Villanueva /