Aseguran que sus altas capacidades los requieren para evitar que  abandonen sus estudios por sentirse frustrados y desmotivados.

La Asociación de Apoyo a las Altas Capacidades de Extremadura (A3CEx), formada por unas 150 familias con niños superdotados, piden que en los centros escolares exista una metodología adaptada para ellos. Una metodología, en concreto, adaptada para poder atender a estos niños que, aseguran, “se sienten desamparados” por el sistema educativo, ya que los docentes “apenas tienen formación y conocimientos para tratar a estos escolares, muchos de los cuales terminan abandonando sus estudios al sentirse frustrados y desmotivados”.

Así lo indicaba la secretaria de A3CEx, María del Mar Olmedo, en una reciente visita a Cáceres en la que, acompañada por una treintena de niños de la asociación llegados de toda la región, fueron recibidos por la alcaldesa, Elena Nevado, a la que entregaron una carta para que se la hiciera llegar a los Reyes Magos. En ella, y entre otras cuestiones, pedían que “se atienda su diversidad para no ser invisibles en los colegios”, que “se analice el grado académico al comenzar el curso para que cada niño pueda adaptarse a su nivel de conocimiento” y que a los docentes que “se formen en altas capacidades para ayudar a estos niños a tener un mañana”.

“Tener altas capacidades no significa que lo sepamos todo, sino que aprendemos rápido, y es por lo que pedimos que los colegios e institutos nos ayuden”, señalaba uno de los chicos, mientras otros dos pedían “que nos corrijan con cariño porque somos extremadamente sensibles”, y “que exista una oferta educativa competitiva para crear programas de aprendizaje adaptados”.

La alcaldesa cacereña mostró su orgullo por contar en Extremadura con estos niños “con tantas inquietudes y que piden cosas para enriquecerse como personas y poder después ofrecerlo a la sociedad”.

Características comunes

Tras la foto de familia, la secretaria de A3CEx indicaba a los medios de comunicación que tan solo el 2% de los niños con altas capacidades está diagnosticado, así como que son los padres los primeros en darse cuenta de algunas de “esas características comunes” que tienen estos pequeños.

Algunas de ellas son que duermen poco, son inquietos, curiosos, precoces a la hora de leer (algunos aprenden a los dos años y en solitario), y pueden presentar algunas enfermedades físicas, como una dermatitis atópica. «Los padres suelen ser muy buenos captadores, porque en un 84% de las veces que un padre considera que su hijo puede tener altas capacidades, en realidad las tienen», indicaba Olmedo, que tiene un niño y una niña con altas capacidades.

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