La guerra, el hambre, la muerte y la conquista, los cuatro jinetes del Apocalispsis, ya tienen su versión contemporánea. Tanto es así que los científicos están estudiando cuáles podrían haber sido los detonantes (los cuatro jinetes) del brote de infección como la del COVID-19. Conviene recordar que el virus apareció en Wuhan (China) y se ha convertido, en tal solo unos meses, en una pandemia mundial de dimensiones aun desconocidas.
Un nuevo artículo de los investigadores de la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur Kang Hao Cheong y Michael C. Jones, publicado en la revista ‘BioEssays’, describe la convergencia de cuatro condiciones sistémicas amplias, pero fácilmente identificables. Las mismas están conectadas en red patológica, que están precipitando a la civilización hacia una posible autodestrucción. Esta pandemia sería sólo uno de los muchos posibles desencadenantes.
Estos ‘cuatro jinetes’ serían la superpoblación, la globalización, la hiperconectividad y las cadenas de suministro cada vez más limitadas y centralizadas son las causas principales que dan alas la probabilidad de la catástrofe.
«La pandemia del Covid-19 ha puesto al descubierto patologías críticas que acechan en el dinámico sistema mundial de comercio, gobernanza y salud pública», destaca Cheong. «Desde este marco», prosigue «una pandemia puede hacer extenderse a otros dominios vitales, como la estabilidad económica y geopolítica y otros efectos multiplicadores de segundo y tercer orden, que podrían convertirse en una bola de nieve en una catástrofe sin precedentes».
«Incluso si el Covid-19 no es la causa próxima de la catástrofe global esta vez, como el iceberg que hundió al ‘Titanic’, es un golpe lo suficientemente inquietante como para despertarnos al hecho de que estamos navegando en un mar peligroso que está cada vez más lleno de icebergs», pone en evidencia Jones, uno de los coautores del artículo.
Lo cierto es que el panorama es cada vez más complejo y caótico. Los estados realizan mastodónticos rescates financieros para evitar la ruina por el iceberg Covid-19, que pueden convertir el barco directamente en un iceberg más grande o, incluso, en una cadena de colisiones hasta el punto de que el fracaso catastrófico es prácticamente inevitable, alertan los expertos.
«Una comprensión adecuada de este panorama de riesgo explosivo apunta hacia una solución: un cambio masivo de rumbo global basado en el principio de precaución e informado por principios biológicos», advierte Cheong.
«La teoría biológica y la ciencia de la complejidad desempeñarán un papel importante en la orientación de las transformaciones paradigmáticas necesarias para desactivar la bomba de tiempo», completa Jones. «Tendremos que construir instituciones y comportamientos sociales sostenibles que imiten la vida, en lugar de sistemas que desafíen los principios del estado de vida, en los que los seres vivos se anticipan y evitan la ruina para lograr la persistencia», sentencia el científico.