Antonio Elviro Berdeguer
Piden que se instale un busto del médico rural Antonio Elviro Berdeguer en la Asamblea de Extremadura - EXTREMEÑERÍA

La plataforma Extremeñería ha pedido que se instale un busto del médico rural Antonio Elviro Berdeguer en la Asamblea de Extremadura, coincidiendo con el 85 aniversario de su muerte. La iniciativa quiere reivindicar la figura del que está considerado como el «padre del extremeñismo».

La solicitud de este reconocimiento se ha hecho por carta a distintas instituciones públicas de ámbito autonómico, provincial y municipal con el objetivo de impulsar acciones que reconozcan su figura y recuperar su memoria para las nuevas generaciones.

Según recuerda la plataforma, a las siete de la mañana del día 7 de diciembre de 1936 fue fusilado en Cáceres el médico, político y pensador extremeño Antonio Elviro Berdeguer, y 85 años después, «sigue esperando reconocimiento por parte de la sociedad extremeña».

Por esta razón, la plataforma Extremeñería ha pedido a las instituciones colocar un busto de Elviro Berdeguer en la Asamblea de Extremadura. Además, insta a incluir su nombre en el callejero de las principales ciudades extremeñas y fomentar la investigación y la difusión de su vida y de su obra.

Elviro Berdeguer

Berdeguer nació en Salorino (Cáceres) el 13 de junio de 1892 en el seno de una familia de clase media rural, y tuvo la oportunidad de estudiar primero en Madrid y luego en Salamanca, donde se licenció en Medicina. Cuando volvió a Extremadura, en 1917, se instaló en su pueblo para ejercer como médico y comenzó entonces su activismo político así como su reflexión sobre la situación la miseria campesina y caciquismo.

Se presentó a las elecciones de 1918 por el Distrito de Alcántara con una candidatura regionalista, aunque no pudo vencer a la representada por los terratenientes. Elviro Berdeguer continuó difundiendo su ideario en la prensa regional y en su manifiesto Extremadura para los extremeños (1920), toda una declaración de intenciones.

Luego, vinieron unos años de menor protagonismo público coincidiendo con la Dictadura de Primo de Rivera. En 1928 marchó a Madrid y entabló relaciones con personalidades del Partido Socialista, apostando a partir de entonces por la causa del socialismo «más que por convención por humanidad», según sus palabras.

De nuevo en su tierra, vivió con intensidad la llegada de la II República. Tanto es así que participó en diversos actos de las clases trabajadoras y difundiendo su idea de reforma agraria. Tras el estallido de la guerra, no huyó y fue detenido el 5 de agosto de 1936, trasladado a la prisión provincial de Cáceres y condenado a pena de muerte por Consejo de Guerra celebrado el 22 de octubre. Fue ejecutado mes y medio después.

Relegado al olvido durante décadas, solo algunos estudiosos e historiadores -destacando el profesor Sánchez Marroyo- han sacado a la luz la vida y el pensamiento de Berdeguer. Cabe destacar que representó un regionalismo de corte social y reivindicativo que se distanciaba del regionalismo intelectual y cultural más propio del siglo XIX.

Su legado es reivindicado hoy por asociaciones como Extremeñería, que con motivo de esta conmemoración ha realizado una campaña a través de las redes sociales (#MemoriaExtremeñista). De esta manera, quiere difundir su obra en la creencia de que la sociedad extremeña necesita conocer a quienes cultivaron el extremeñismo.

«A aquellos hombres hastiados de las riñas entre los partidos sin finalidad para nuestra tierra, a todos los extremeños que sientan el dolor de la orfandad y las consecuencias del olvido, aquellos que sufren y esperan, a los románticos soñadores que tienen destrozadas sus almas por las sangrientas garras del cacique, aquellos que amen esta tierra con una fe ciega en sus destinos, a todos ardientemente que dejen estas luchas estériles por los rígidos personales y políticos y que eleven el pensamiento por el ideal de progreso, de la paz y del porvenir de Extremadura», decía Berdeguer en una de sua arengas.

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