Con ánimo de discrepar /
Víctor Casco

Seamos claros. No valen mediatintas ni paños calientes. Nuestra democracia y la libertad de expresión están amenazadas. Las recientes sentencias contra la estudiante Cassandra o el cantante César Strawberry, la detención de unos titiriteros, la admisión a trámite de una denuncia contra el Gran Wyoming y Dani Mateo…Son indicios, síntomas, de que una enfermedad grave, y tal vez irreversible sino actuamos con prontitud, aqueja a nuestros derechos básicos.

Partamos de una concepción básica: libertad de expresión no es tolerar que puedan manifestarse SOLO aquellas ideas con las que podamos estar de acuerdo, sino ideas que afecten o cuestionen nuestros supuestos ideológicos, religiosos o culturales. Del mismo modo que una sociedad tolerante es aquella capaz de convivir en paz con otras etnias distintas a la suya. Amar al prójimo (es decir, al que se te parece) es fácil. El premio de la santidad se otorga a quien es capaz de amar al distinto.

Tampoco son casos aislados. Estas sentencias buscan sobre todo que opere la autocensura. Meternos el miedo en el cuerpo, para que cada uno de nosotros se limite a sí mismo su capacidad de opinar en público. Es lo más efectivo, porque el coste de perseguir uno a uno a todos los que quieran ser libres es altísimo e insoportable.

Y menos aún debe sorprendernos que los casos que se han juzgado estén todos relacionados con un abuso del concepto de apología del terrorismo y una cierta defensa de los símbolos y valores de la dictadura franquista. Apuntemos aquí dos cositas: que la Audiencia Nacional está buscando justificar su permanencia (y privilegios), ahora que ETA ha dejado de matar (recuerden, sus competencias casi se reducen a perseguir el terrorismo) y que allí se concentran buena parte de los jueces que en su día integraron el siniestro Tribunal del Orden Público, el instrumento jurídico empleado por el generalísimo fascista Franco para amedrentar a los españoles.

Dicho esto, y como Dani Mateo, yo también considero que la cruz del valle de los caídos es la más grande del mundo para poder verse bien desde lejos, porque ¿quien iba a querer ver esa mierda de cerca?

Artículo anteriorPresupuestos paralímpicos
Artículo siguienteMi amor por ti

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí