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Durante meses, Rafael Álvarez ‘El Brujo’ se ha empapado de la obra de Santa Teresa y de su propia vida, a través de la biografía publicada por Javier Re, para poner en pie “Teresa o el sol por dentro”, un monólogo que verá la luz, en estreno absoluto, en el marco del XXVI Festival de Teatro Clásico de Cáceres, los días 10 y 11 de junio.

Cabría preguntarse por qué, en pleno siglo XXI, sigue interesando un personaje como Santa Teresa de Jesús, pero El Brujo lo tiene claro: “se trata de la vida y la obra de alguien que se lanzó a la aventura quijotesca de sustituir el miedo por la reverencia a la divinidad. Es un personaje decisivo, desconocido, al que solo conocemos superficialmente, pero que tiene la importancia de un Cervantes”.

“Santa Teresa habla del secreto vibrante del alma, porque experimenta a Dios” asevera este actor que se ha acostumbrado a evitar la puesta en escena y a saltar en solitario a los escenarios, “hace tanto que abandoné mi compañía teatral que, la verdad, ya ni me acuerdo”. Esta obra, en la que se revela la mística (“porque la mística es muy desconocida”), es un recital de poesía, una conferencia, una exposición… “Es una obra inusual, donde quiero que el público participe en la creación de la misma”.

El Brujo asegura que el estreno en Cáceres “será como un ensayo general”, donde repetirá escenas y hará a la audiencia partícipe de esta obra “en proceso de creación constante”. “Lo importante es el actor y el público; la puesta en escena es accesoria y prescindible. Hay que dar importancia al texto, a la palabra, y esta es la mejor forma de conseguirlo”. Por eso no habrá ambientación musical, aunque en un principio se contó con la partitura de un violinista para subrayar el recital de poemas de Santa Teresa. “No habrá ambientación musical; la fuerza de la palabra es lo que importa”.

El humor, “como el Espíritu Santo”, atraviesa esta obra de principio a fin. “Porque el humor es una fuente de divinidad, necesaria para relajarnos y suavizarnos como personas”. No en vano, uno de los puntos fuertes de El Brujo es tratar desde un punto de vista cómico textos serios y hasta solemnes, y ha salido victorioso de esta propuesta en anteriores montajes como el de San Juan de la Cruz y San Francisco. “El humor, como corriente eléctrica vivifica, despoja y limpia” afirma el veterano actor. El humor, en definitiva, como técnica expresiva al servicio de algo escondido en la forma.

Un reto que, en cualquier caso, ahora le supone mucho menos esfuerzo y afronta con “fluidez” por trabajos anteriores, como “La luz oscura de la fe” de San Juan de la Cruz o el montaje basado en vida de San Francisco de Asís de Darío Fo, en donde siguió las técnicas de narración oral al estilo de los juglares.

“No renuncio a reírme de los políticos” apunta El Brujo cuando se le pregunta por la conexión entre la política actual y la obra, porque en la sociedad de aquella época en la que vivió Santa Teresa (siglo XVI), “existen analogías con el momento que nos ha tocado vivir; cuando la corrupción en la Iglesia era muy grande, con importantes movimientos heréticos”.

Eduardo Villanueva /

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