academicosdrenriquez desnutricion

La desnutrición infantil es uno de los problemas actuales más importante del mundo en el que vivimos. Por esto, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible Post 2015, de la Organización de las Naciones Unidas se incluye “Erradicar la pobreza, lograr la seguridad alimentaria y una mejor nutrición y promover la agricultura sostenible”. En este amplio objetivo corresponde a UNICEF luchar contra la desnutrición infantil, entendiendo por ella el resultado de una ingesta de alimentos inadecuada en cantidad y calidad, para la salud y el normal desarrollo físico y síquico de niños y niñas.

La importancia del tema viene dado por el número de afectados y sus consecuencias. Al menos 229 millones de menores de 5 años, se encuentran con desnutrición infantil en sus diversos grados o tipos; 161 millones con desnutrición crónica, 51 con desnutrición aguda y 17 con desnutrición aguda severa.

Sus consecuencias no pueden ser más funestas: la muerte (cada día mueren 16.000 niños y niñas menores de 5 años y casi la mitad por causas relacionadas con la desnutrición en algunas de sus formas); el aumento de enfermedades infecciosas (neumonía, diarreas, sarampión, malaria, VIH/SIDA…); el escaso desarrollo físico (menor talla y peso para su edad) y síquico (menor desarrollo cerebral y de capacidades cognitivas). Otras consecuencias más tardías y de gran importancia social son las mayores dificultades para el aprendizaje, formación laboral y salida del círculo de la pobreza; estas últimas repercusiones terminan afectando la situación socio-económica de sus países.

La importancia de los primeros 1.000 días

Especial importancia para el futuro de los niños tiene el aporte nutricional en los 1.000 primeros días, que incluye la nutrición de la madre durante su embarazo y desde el nacimiento hasta los 24 meses; es el tiempo de máxima vulnerabilidad y gravedad de la desnutrición. La lactancia materna, exclusiva durante los seis primeros meses de vida, es la principal medida para salvar vidas y evitar la desnutrición, las diarreas o neumonías, que son las principales causa de muerte de estos niños. Un recién nacido tiene 14 veces más posibilidades de morir si no recibe lactancia materna. Por el contrario, el inicio de la lactancia materna en la primera hora de vida reduce en un 44% el riesgo de mortalidad neonatal.

Además de la lactancia materna, otro factor muy importante en la desnutrición infantil es la higiene. Entre las medidas higiénicas, es fundamental en primer lugar disponer de agua potable, de la que carecen 748 millones de personas en todo el mundo y 2.500 millones no disponen de letrinas; una práctica sencilla, como el lavado de manos con agua y jabón, puede reducir hasta un 44% las enfermedades diarreicas.

En el fondo de toda esta problemática se encuentran la pobreza y la falta de acceso a la educación de las poblaciones que más sufren desnutrición infantil. Por esto, UNICEF y otras organizaciones solidarias hacen todo lo posible por remediar esta situación, pero necesitan de la ayuda de TODOS y en especial de los que tenemos la suerte de vivir en países occidentales, con crisis o sin ellas.

Artículo anteriorEl 39,8% de la población extremeña está en riesgo de pobreza y exclusión social
Artículo siguienteLa importancia de la participación infantil en los municipios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí