La avenida abre al tráfico el próximo 31 de mayo.
El Ayuntamiento de Cáceres plantará 18 estoraques (árboles del ámbar) para paliar la tala de árboles que se produjo hace justo un año en la avenida Primo de Rivera, antes de que dieran comienzo las obras del parking subterráneo, y que desató las críticas del colectivo ‘Cáceres Verde’, que recogió miles de firmas para pedir la paralización de la misma.
De esta forma, se plantarán 18 árboles nuevos de la especie ‘liquidámbar’, parecido al arce, con un tronco actual de 25 centímetros de diámetro, por lo que «crecerán con mucha rapidez”.
No era la especie que se contemplaba inicialmente, pero desde el Gobierno local han asegurado que se trata de un tipo de árbol «más frondoso» y de crecimiento rápido.
Se trata de árboles caducifolios, con hojas en forma de arce (que presentan un aroma balsámico) que ofrecen una de las más vistosas tonalidades otoñales de color. Pueden llegar a medir hasta 40 metros.
Por otro lado, se conservan los cuatro árboles de la especie plátano de sombra, y se ajardinarán dos espacios interiores de raquetas con flores de temporada.
Cabe recordar que la tala de especies no estaba contemplada en las obras del parking subterráneo, ya que todos iban a ser trasplantados si molestaban al desarrollo de las obras, pero el mal estado de estos dos árboles (que tenían 30 años de antigüedad), según Parques y Jardines, hizo aconsejable su tala.
Según ha informado el Consistorio, Cáceres cuenta con más de 28.000 árboles “inventariados” y dos millones de metros cuadrados de zonas verdes, lo que sitúa a la ciudad en la cabeza de las capitales de provincia de todo el país, y “muy por encima” de los indicadores fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En concreto, la recomendación de la OMS se sitúa entre 10 y 15 metros cuadrados per cápita de zonas verdes, como cifras óptimas; una cifra que en Cáceres supera los 20 metros cuadrados. «Muy por encima de la media».
La avenida Primo de Rivera de Cáceres se abrirá al tráfico a primera hora de la mañana del martes 31 de mayo, tras haber permanecido cortada a la circulación desde que se iniciaran las obras del aparcamiento subterráneo (en julio de 2015) que se está construyendo en la zona, y que estará operativo a finales de agosto. Una obra que ha ocupado titulares durante casi un año, debido a las grietas aparecidas en edificios colindantes y al malestar generado por una faraónica más propia de otros tiempos.
La vía vuelve a abrirse al tráfico, toda vez que se finiquiten las acometidas de los servicios (alumbrado, saneamiento, semáforos, etc) y se termine de asfaltar toda la calzada y se eche la capa de rodadura (que obligará a cortar el tráfico un día más).
La vía mantendrá la misma anchura y la misma estructura que antes de las obras: cuatro carriles (dos por cada sentido) más otro destinado a los autobuses urbanos. Además, la parada de taxis se mantendrá en la Avenida Virgen de Guadalupe.
E. Villanueva /
