Lunes de papel
Emilia Guijarro

Formé parte del equipo de redacción de la Ley de Igualdad y Contra la Violencia de Género de Extremadura que se aprobó en el 2011. Nos preocupaban muchos aspectos que se recogen en esa ley, pero sobre todo lo relativo a la violencia de género, que a la vista de la semana trágica que hemos vivido con cinco mujeres muertas, tres mujeres y dos niñas, y en distintos puntos de la geografía española, nos hace ver la necesidad de abordar con seriedad lo que las leyes de igualdad y el Pacto por la Violencia de Género proponen.

Ya entonces nos preocupaban muchos aspectos que se recogían en la ley, pero poníamos especial énfasis en la parte educativa.

Por primera vez Juan Luis Ibarra, Presidente del Tribunal Superior de Justicia Vasco ha pedido públicamente perdón por el fallo cometido por su departamento en la protección de Maguette Mbeaugou, la mujer degollada en Bilbao, y lo hacia extensivo al resto de las mujeres asesinadas que también habían denunciado. Y se preguntaba si va a haber consecuencias disciplinarias o si va a haber cambios en el sistema.

Porque el problema no se ataja solo desde la justicia, sino que aquí llega cuando ya ha ocurrido, cuando lo verdaderamente importante es atajarlo de raíz, con la prevención y la educación.

Por eso el sistema educativo tiene mucho que aportar y es un instrumento insustituible tanto en los niveles no universitarios como universitarios.

En la enseñanza no universitaria hay que educar en tolerancia, convivencia y respeto, fomentando la coeducación, la sensibilización, la igualdad de oportunidades y la presencia equilibrada de sexos en las tareas de gobierno de los centros.

Hay que abordar la prevención y eliminación de la violencia de género y el respeto a la orientación sexual. Hay que educar en una visión crítica de los estereotipos de género en la publicidad y en los medios de comunicación y hay que velar por que en los libros de texto y en los materiales curriculares se eliminen los prejuicios y estereotipos de género.

En ello coinciden las Mujeres Juezas De España que han pedido la puesta en marchas de dieciséis medidas urgentes, entre ellas las educativas, porque, al igual que otras voces autorizadas, exponen que «el problema es social y lo tiene que asumir la sociedad».

Y mientras escribo estas líneas aparece un nuevo cadáver de mujer.

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