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Mi ojito derecho /
Clorinda Power

Hola, amigos. Y hola, amigos del PP.

Últimamente me da mucho la risa y eso, por un lado está bien porque me salen unos hoyuelos cukísimos, pero por otro está mal porque lo hago para disimular que, por dentro, me estoy mordiendo muy fuerte la lengua.

Últimamente a los de la izquierda radical, es decir, los votantes de Carmena o Colau, cada vez que hacemos un poquito de autocrítica, se nos echan encima las carcajadas de los simpatizantes del PP. Y encima me tengo que callar para no promover aquello que más critico: las dos Españas. Bueno, por eso y porque la gente que me señala con el dedo por ejercer, defender y sostener mi derecho a elegir, resulta que son mis amigos.

Últimamente me pregunto mucho por esos amigos. ¿Son mis amigos gente que no piensa igual que yo, que defiende ideas que chirrían con las mías? Pues sí, son mis amigos, pero también son los más difíciles que tengo, los que me hacen replantearme lo que soy y lo que son ellos. Así que he decidido que solo me quedaré con aquellos que consigan respetarme y yo consiga respetarlos a ellos. Pero solo como yo entiendo el respeto, sin límites y sin peros. Como lo entienden ellos.

No va a ser fácil, ni siquiera sé si va a salir bien, pero mientras tanto disfrutaré señalando nuestras bondades (sobre todo las de ellos), que son muchas, y escondiendo un poquito más nuestros defectos, que después de dos cervezas (o tintos o blancos o cualquier otra mariconada de las que suelan tomar ellos), tampoco serán muchos.

¡Venga esas cervezas o lo que sea!

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