El nombre es la primera seña de identidad. Es una de las primeras cosas en las que pensamos cuando nos dan la noticia de que vamos a tener un bebé, pues somos conscientes de que el nombre que elijamos acompañará a ese niño o niña durante toda su vida. Sin embargo, todavía hay algunos países donde los padres no les ponen nombre a sus bebés antes de nacer porque no sabe si sobrevivirán al parto o antes de cumplir un mes de vida, ya que las estadísticas son abrumadoras. 7.000 niños en el mundo mueren cada día en esas dos circunstancias. Los padres no les ponen un nombre a sus bebés porque tienen miedo a que no sobrevivan. Es una forma de protegerse frente al dolor de esa perdida.

©UNICEF/Njiokiktjien VII Photo

En UNICEF quieren evitar la muerte de esos 7.000 niños y que todos los niños tengan un nombre y una vida que vivir y ese es el objetivo de su campaña anual #UnNombreUnaVida. Desean que todos los padres se ilusionen pensando en el nombre de su bebé sin miedo a saber si sobrevivirán o no.

Situación desgarradora

Aproximadamente, 28 millones de recién nacidos morirán de aquí a 2030 si no se toman medidas urgentes y el 80% de esas muertes se producirán en África subsahariana y en el sur de Asia. UNICEF no quiere que esto siga ocurriendo y que el lugar o el país en el que nacemos determine nuestra supervivencia. Las cifras son demoledoras, y es que, mientras que en España muere uno de cada 588 bebés en el primer mes de vida, en Pakistán, que tiene las cifras de muerte neonatal más altas (1 de cada 23), la probabilidad se multiplica por 25.

8 de cada 10 bebés menores de un mes que mueren en el mundo lo hacen en África o Asia

La mayoría de estas muertes de recién nacidos se deben a nacimientos prematuros complicaciones durante el parto o infecciones como sepsis, neumonía o meningitis. Frente a todo esto, la buena noticia es que con medidas sencillas como una vacuna o una mosquitera, una manta térmica o un antibiótico, se puede salvar al 80% de esos recién nacidos, es decir, se puede salvar a 5.600 bebés cada día.

Es urgente poner en marcha las medidas necesarias para salvar a estos bebés, pero se necesita más apoyo, más recursos.

Moralidad neonatal

Cada año, 2,5 millones de bebés mueren antes de cumplir un mes de edad, 7.000 niños cada día. Unos 900.000 de estos niños mueren el mismo día en que nacen. Otros 2,5 millones de niños nacen muertos. La tasa de mortalidad neonatal (menores de 1 mes) se ha reducido más de la mitad (un 51%) entre 1990 y 2017: de 37 bebés muertos por cada 1.000 nacidos vivos a 18 muertes por cada 1.000. La mayor caída se ha registrado en Asia oriental (84%). Pero todavía siguen muriendo miles de bebés cada día. Muertes que se pueden evitar.

Millones de niños siguen muriendo simplemente debido al lugar donde han nacido. África subsahariana y el sur de Asia presentan las tasas de mortalidad neonatal más altas del mundo: 27 y 26 muertes, respectivamente, por cada 1.000 nacidos vivos. De hecho, 8 de cada 10 bebés menores de un mes que mueren en el mundo lo hacen en estas dos regiones. Un bebé que nace allí tiene, de media, 9 veces más probabilidades de morir en el primer mes que uno que lo hace en países de renta alta, pudiendo ser hasta 50 veces más si comparamos los extremos (Pakistán con Japón).

Tasas más elevadas de mortalidad neonatal

  1. Pakistán: 1 de cada 23
  2. República Centroafricana: 1 de cada 24
  3. Sudán del Sur: 1 de cada 25

Tasas más bajas de mortalidad neonatal

  1. Japón: 1 de cada 1.111
  2. Islandia: 1 de cada 1.000
  3. San Marino: 1 de cada 1.000

España: 1 de cada 588

Además, UNICEF incide en que las tasas de mortalidad nacionales esconden a menudo variaciones dentro de los países que desvelan otros factores determinantes. Los bebés cuyas madres no han recibido educación tienen casi el doble de riesgo de morir durante el período neonatal que aquellos cuyas madres cuentan, al menos, con la educación secundaria. La probabilidad de que los bebés nacidos en las familias más pobres mueran durante el período neonatal es un 40% mayor que la de aquellos bebés nacidos en las familias menos pobres.

Otro elemento clave tiene que ver con la atención sanitaria. La escasez de trabajadores de la salud y de matronas bien capacitadas significa que miles de personas no reciben el apoyo vital que necesitan para sobrevivir. Por ejemplo, mientras que en Noruega hay 218 médicos, enfermeras y parteras para atender a 10.000 personas, esa relación es de 1 por cada 10.000 en Somalia.

UNICEF puede salvar al 80% de los neonatos en riesgo, lo que representa salvar la vida de 5.600 bebés cada día

Con medidas muy sencillas UNICEF puede salvar al 80% de los neonatos en riesgo, lo que representa salvar la vida de 5.600 bebés cada día. Para ello UNICEF lleva a cabo en todo el mundo programas para reducir la mortalidad neonatal y ofrecer a cada niño y cada niña la oportunidad de crecer y desarrollarse. Estos programas abordan los factores más determinantes:

UNICEF incide en la importancia de tener establecimientos de salud funcionales y limpios, equipados con agua, jabón y electricidad, y al alcance de las madres y sus hijos porque sin unas condiciones mínimas de higiene, se multiplica el riesgo de infecciones en el parto y las primeras horas de vida.  

Además, también aboga por formar a trabajadores de salud para ofrecer el adecuado tratamiento, eficaz y respetuoso a todas las madres y a los niños. Por ejemplo, el personal de salud es también fundamental para promover el inicio inmediato de la lactancia materna, una práctica que puede salvar miles de vidas. De hecho, retrasar la lactancia materna entre 2 y 23 horas después del parto aumenta en un 40% el riesgo de que un nacido muera.

Por otra parte, recuerdan que cuanto más equipo técnico y más medicamentos haya en los centros hospitalarios más vidas podrán salvarse. Por eso, UNICEF suministra en todo el mundo, y en coordinación con los Ministerios de Salud material médico, incluyendo desde Kits de matrona, con todo lo necesario para atender adecuadamente un parto, hasta pastillas de hierro y ácido fólico para las madres, o vacunas contra las principales enfermedades para los bebés.

Finalmente, apuesta por el empoderamiento de mujeres y niñas porque considera que existe un fuerte vínculo entre la mortalidad de recién nacidos y el acceso a la información y a la formación de mujeres y niñas. De hecho, según aumenta el nivel educativo de las madres disminuyen las tasas de mortalidad neonatal.

Algo tan sencillo como mantener una nutrición adecuada durante el embarazo o acudir a visitas prenatales de seguimiento depende en gran parte del acceso a la información y por eso, UNICEF trabaja para facilitar que niñas y mujeres cuenten con la información y espacio para cuidar de sí mismas y de sus bebés.

Por todo esto, UNICEF necesita más apoyo para seguir trabajando por los más pequeños y que todos puedan tener su nombre.

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