La bruja Circe

Todas nuestras emociones, cada sentimiento, son una forma de energía. No es buena energía o mala energía, es energía que usamos bien o mal.

Ocultamos o reprimimos lo que sentimos por temor a no ser entendidas o aceptadas por los demás.

Pero tenemos derecho a nuestras emociones y nuestras debilidades y reprimirlas nos hará sufrir innecesariamente por qué vamos a alejarnos de nuestra esencia original.

Y vamos ser incongruentes con nuestra verdadera naturaleza. Así que no aceptar nuestras emociones nos hace infelices. Para evitarlo, elige practicar la integridad emocional y aprende a compartir lo que sientes. Eso nos ayuda a comprender y a expresarnos.

Es por eso que hoy en todo el mundo se organizan grupos de terapia, se realizan millones de consultas con los psicólogos, presenciales u online.

No por esto digo que tengamos derecho a desbarras y dañar innecesariamente a otros, pero si y si puedes decir no, puedes decir basta, puedes expresar tu pena tu miedo y toda las fluctuaciones de tus emociones porque al hacerlo las reconoce como lo que son y evitas el daño que puedan hacerte a la larga.

Hay un ejemplo muy sencillo, imagina que esas emociones son una pequeña falla en una rosca de tu fontanería, poco a poco iría perdiendo agua, formando humedad y destrozando la pared y así tendrás muchos más daños y muchos más gasto que si desde el principio hubiésemos estado atentas y reconocido el problema.

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