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Originaria de Casillas de Coria, la dulce María Jesús, sigue dando guerra y se atreve con todo. Lo mismo acompaña en una gira a Manolo Escobar que te hace la promo de un festival versionando a Fangoria con su inseparable acordeón. Pero cuidado, que tras su entrañable apariencia se esconde una mujer fuerte y tenaz que no teme a las dificultades.

 ¿Qué recuerdas de tu infancia en Cáceres?
¿Cómo no me voy a acordar de mi tierra? Por circunstancias no puedo ir tanto como quisiera, pero toda la vida llevo escapándome a Extremadura en cuanto puedo. Ir a mi tierra es una felicidad y para mi es algo necesario. Yo necesito ir a Cáceres y sentir eso que me llena el corazón.

Después emigrasteis a Valencia y comenzaste como “La niña de la Malvarrosa” ¿qué recuerdas de la época de tus inicios?
Mis padres tuvieron que emigrar para sacar a la familia adelante. Primero fuimos a Madrid, de Madrid a Valencia y todo fue una lucha continua hasta que las cosas empezaron a ir un poquito mejor y comenzamos a levantar cabeza. Nos afincamos en esta tierra de Valencia y como buena extremeña, estoy muy agradecida a la tierra que nos acogió. Fue una etapa dura para un matrimonio con seis niños en aquellos años… Yo me vine desde Casillas de Coria, donde estaba con mis abuelos a Valencia con algunas lecciones de acordeón aprendidas porque había un gran acordeonista en mi pueblo. Luego, mi padre me llevó a un maestro en Valencia y a día de hoy no me separo del acordeón. La verdad es que fueron unos inicios duros, pero aprendí desde pequeña a que nadie te regala nada en la vida y a que siempre tienes que estar en la brecha para poder seguir adelante.

Vamos, no tienes miedo a las dificultades
¡Ninguno! Mientras tenga salud no tengo miedo a nada.

Bueno, después de todos estos años dedicada a la música, vuelves a Cáceres nada más y nada menos como pregonera de Horteralia ¿qué se siente?
Estoy súper contenta, agradecida y deseando que llegue la fecha. Mira, hoy salgo para Disneyland París, de ahí me voy a Madrid a grabar un programa de televisión… ¡no paro! Pero tengo tanta ilusión de estar un par de días en ese Cáceres que tanto amo con mi familia a la que tanto echo de menos y tengo también muchas ganas de estar con vosotros y disfrutar, que me han dicho que Horteralia es una pasada.

Y de repente… llegaron los pajaritos ¿Qué recuerdas de aquella época?
De repente no que llevaba muchos años trabajando duro. Gracias a Dios llegaron esos pajaritos y fíjate si tengo que estar agradecida que han pasado 35 años y todavía cada día mi local de Benidorm se llena para mi actuación de hora y media para un público de toda España.
Me siento querida, admirada y eso para mí es impagable después de 50 años en el mundo de la música ¡qué digo cincuenta, unos poquinos más! Y cada día lucho por seguir adelante porque lo necesito el encuentro con el público todas las tardes ¡Me traen hasta regalinos! Palpo que la gente me quiere y lo que más orgullosa me pone es tocar con mi acordeón una jota de mi tierra extremeña.

Una curiosidad… ¿tú comes pajaritos fritos alguna vez?
¡Nunca! Vamos, ni se me ocurre. Además procuro no comer animalitos que yo pueda tener cerquita.

¿Me adelantas un poco de tus próximos proyectos?
Tengo cositas que están ahí, pero mi proyecto más importante es vivir, el tener un mañana , el dar gracias por todo lo que tengo. El día 26 voy a poder saludar a mis paisanos y decirles que les quiero, voy a recibir su aplauso ¿qué más puedo pedir?

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