El alcalde en funciones de Cáceres, Luis Salaya, espera que el próximo gobierno municipal del PP que se forme tras la constitución del ayuntamiento con Rafael Mateos como alcalde «sea inteligente» para mantener los proyectos que hay en marcha en la ciudad, y confía en que no peligren algunas inversiones ya realizadas, así como políticas sociales y culturales que pueden resentirse por «la influencia de Vox».
Salaya, que ha hecho este jueves balance de su gestión al frente de la ciudad acompañado de todo su equipo en el ayuntamiento, ha asegurado que el PP puede «esquivar» los espacios en los que no coincida con Vox, ya que desde el grupo municipal del PSOE, la que será su portavoz, Belén Fernández, «ha abierto una ventana para que el PP no se sienta secuestrado permanentemente por Vox», al anunciar que apoyará cuestiones generales para que la ciudad siga adelante.
Así, el impulso de generación de suelo industrial para atraer nuevas empresas, el ecopolígono CCGreen, las plantas fotovoltaicas y la apuesta por las energías verdes, las nuevas áreas comerciales, el Centro Ibérico de Investigación y Almacenamiento de la Energía (CIIAE), el Gran Buda, la remodelación de la Ribera del Marco o la gestión de fondos europeos ya comprometidos, son algunos de los proyectos que ha impulsado el PSOE en estos cuatro años y que Salaya espera verlos cristalizados en los próximos años.
«Hay en marcha proyectos que creo que no se tienen que detener», ha dicho el alcalde saliente, que espera tener la satisfacción de ver cómo avanzan las legislaturas y los distintos equipos de gobierno siguen apostando por esos proyectos. Al mismo tiempo, ha defendido que el traspaso de poderes será «impecable» y «muy limpio» y el PP dispondrá de toda la documentación para seguir trabajando en esos proyectos.
Salaya ha destacado que la ciudad «tiene las condiciones para tener economía más allá del turismo» y por eso ha insistido en que el nuevo gobierno local debe trabajar para sacar adelante algunos proyectos «aunque los haya podido criticar en algún momento», ha dicho en alusión al complejo budista. «Y si no, de lo que no me cabe ninguna duda es de que Belén Fernández tendrá la capacidad de insistencia y el empuje para recordarlo y para conseguir que se haga lo mejor para la ciudad», ha apuntado.
Ribera del Marco
Algunos de esos proyectos tienen que ver con el medio ambiente como la remodelación integral de la Ribera del Marco, de la que Salaya ha dicho que no comparte la idea de transformarla en un parque urbano, sino que el futuro de este enclave pasa según los socialistas por una rehabilitación, con una apuesta por la renaturalización y por el refuerzo de los usos tradicionales para tener una zona «paseable, limpia y con huertas» y «eso no es compatible con un parque urbano», ha zanjado.
Respecto a este entorno ha recordado que también está en marcha el nuevo colector y la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) que será una de las mayores inversiones que recibirá la ciudad y que contribuirán a mejorar la calidad del agua de la rivera, además de trabajar en la detección de los edificios que vierten de forma ilegal sus aguas fecales a la red pluvial.
«Sin eso no vamos a poder tener una Ribera del Marco limpia. Aunque le pusiéramos césped de principio a fin y quedase preciosa, seguiría habiendo vertidos de aguas, y eso es un problema porque hay que hacer un estudio pormenorizado, como ya anunciamos hace unos meses, de dónde hay conexiones que están vertiendo aguas residuales a las conexiones de agua», ha insistido.
Mina de litio
Respecto a la mina de litio en la Sierra de la Mosca, el alcalde en funciones ha considerado como un «éxito rotundo» que se haya desechado el proyecto inicial de excavación a cielo abierto y que ahora se plantee una mina subterránea que habrá que analizar desde el punto de vista medioambiental, pero que, a priori, «tiene un nivel de riesgo absolutamente diferente», ha indicado.
Al ser preguntado sobre si la cuestión de la mina ha podido restar votos al PSOE por lo que muchos colectivos han considerado un cambio de postura, Salaya ha contestado que no cree que haya influido este asunto en el resultado electoral, ya que otros partidos que proclamaban el no a la mina no han recogido esos votos, como es el caso de Unidas Podemos que incluso ha perdido un concejal. «Seguramente porque nunca existió una oposición al proyecto tan amplia» y porque «en el momento en que el proyecto se convirtió en subterráneo, ha bajado mucho la temperatura con este tema», ha apuntado.
Agradecido a su equipo y satisfecho
En su comparecencia, el hasta ahora regidor cacereño que tomará posesión de su acta de concejal pero renunciará a ella para volver a su actividad profesional, ha señalado que se va «con el sentimiento de ser muy querido en la ciudad» y con un «enorme agradecimiento» a su equipo por haber «tirado de este carro en circunstancias muy difíciles», en alusión a la pandemia que irrumpió a los pocos meses de tomar posesión y que obligó a los socialistas a diseñar una estrategia de atención prioritaria a muchos colectivos como mayores, niños, etc, ayudados por redes de colaboración social.
«Yo me voy con un enorme sentimiento y satisfacción personal por el trabajo hecho y por el respaldo recibido», ha subrayado Salaya, al que no le preocupa cómo se le recordará dentro de unos años porque cree más en los proyectos colectivos que en las individualidades. «Yo creo que al final se recuerda si los alcaldes saludaban por la calle, si eran simpáticos o no, y no nos acordamos de los proyectos que pusieron en marcha la mayor parte de las veces», ha indicado Salaya, que cree que «el mejor legado que podemos dejar es que la gente disfrute».
Derrota electoral
En cuanto a las claves de la derrota en las elecciones en la ciudad, el cabeza de lista del PSOE, ha reconocido que la situación política general era complicada y que el debate de la sociedad no estaba en la gestión municipal, sino que era «mucho más emocional, mucho más ideológico y mucho más de tripas». «Y seguramente en ese debate no hemos dado la batalla», ha zanjado.
«Yo podría haberme alzado como un líder local que confronta permanentemente con el presidente del Gobierno y con el presidente de la Junta y seguramente eso me habría dado mejores réditos electorales, pero tampoco creía que hubiese sido justo», ha recalcado, ya que buena parte de los éxitos de los gobierno locales son también los de la Junta de Extremadura. «Lo que hemos hecho ha sido siempre muy honesto respecto a la ciudad», ha zanjado Salaya, que ha apuntado que la temperatura de la política nacional iba subiendo y a nivel local no se ha sabido valorar «lo que estaba pasando en las casas de las gentes».
Al ser interpelado sobre si algunos dirigentes locales como él han podido sufrir las consecuencias de la política nacional, Salaya ha indicado que no se cree «una víctima» de los errores del PSOE porque él forma parte del partido y de las «buenas o malas decisiones» que se hayan tomado.
Y respecto al anuncio de su marcha y de volver a su actividad profesional, ha vuelto a reiterar que ya se ha presentado tres veces a unas elecciones municipales y es el momento de dar un paso al lado porque si no lo hiciera «en unos meses sería un lastre» para el partido y el grupo municipal que se vería obligado a articular una oposición en función de la gestión del gobierno socialista anterior. «Mi decisión no es algo estrafalario, es decir, que lo lógico es que cuando se sale de las alcaldías no se continúe liderando la oposición, es la salida más lógica», ha concluido.