aLa violencia de género en el ámbito rural se caracteriza por su larga duración, que suele durar de media unos 20 años, dada su invisibilidad, la falta de anonimato y por la dificultad en el acceso a los recursos de protección, según indica un estudio realizado por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur).
Este estudio, que ha sido presentado este jueves en Mérida (Badajoz), se ha realizado en municipios de menos de 20.000 habitantes de comunidades como Andalucía, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y La Rioja, que han sido elegidas, precisamente, por su ruralidad y dispersión como variables en la representatividad y utilidad de los datos.
La presidenta de Fademur Extremadura, Catalina García, junto con las miembros de la federación, Marta Torres y Sofía Gabasa, han explicado algunos de los aspectos más destacados del estudio, que ha recogido datos de mujeres del medio rural, de agentes sociales y profesionales de estos entornos así como de víctimas de violencia de género, con el objetivo de tener una «triple mirada».
En este sentido, García ha puesto el foco en la especial vulnerabilidad de la mujer en el ámbito rural que además se ve en la realidad de la violencia de género, marcada por el «silencio de las víctimas», la larga duración de la situación de maltrato, la falta de recursos especializados, el necesario anonimato y el desconocimiento de a dónde acudir.
Hay que destacar que las mujeres rurales dependen económicamente, en su mayoría de sus agresores, y tienen una mayor falta de oportunidades educativas y laborales. Además, en este entorno el cumplimiento de las órdenes de alejamiento son más difíciles de cumplir.
En esta línea, la violencia de género en el ámbito rural es un fenómeno que está «mucho más invisibilizado» que en los entornos urbanos, con un «machismo más arraigado» y donde el «qué dirán» y el «que no se sepa cuenta muchísimo».
De la misma manera, y sobre las propuestas de actuación recogidas en el estudio de Fademur hay que subrayar un mayor apoyo a las víctimas y a sus hijos; buscar una mayor sensibilización social; la mayor dotación de medios económicos, humanos y materiales; mayor accesibilidad a los recursos, movilidad y transporte; mayor información sobre derechos así como mayor colaboración y coordinación interinstitucional.
‘Cultivando igualdad’
De igual modo, Fademur ha presentado el proyecto ‘Cultivando Igualdad’ y ha proyectado un vídeo para sensibilizar a la sociedad rural sobre la invisibilidad de la violencia de género y la importancia de actuar contra ella.
‘Cultivando igualdad’ cuenta con varias actividades tales como talleres, formación y otros recursos también accesibles en su propio espacio web. Así, la organización de mujeres rurales pretende solventar las limitaciones impuestas por la Covid-19 y el aislamiento de muchas zonas rurales.
Esta iniciativa busca facilitar recursos a las víctimas, informar sobre el protocolo de actuación contra la violencia de género en el medio rural, además de guiar y acompañar a las víctimas en el proceso de salida de la violencia.
Los talleres ‘Cultivando igualdad’ quieren, además, prevenir y concienciar sobre la violencia de género en adolescentes y en la población en general. Por tanto, abordarán conceptos generales como el reconocimiento y prevención de la violencia de género en el ámbito rural; protocolos de actuación en caso de sufrir este tipo de violencia, tanto en situaciones generales como en estado de alarma por Covid-19 y prevención de la violencia de género en colectivos con especial vulnerabilidad en el medio rural.
Por último, ‘Cultivando en igualdad’ quiere insistir en la creación de una red de espacios seguros contra este tipo de violencia y resaltar que las oficinas de Fademur y UPA en el territorio, así como cualquier otro espacio que se quiera adherir, son espacios seguros para poder encontrar apoyo en situaciones de violencia.
