La comunidad autónoma de Extremadura presenta la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social más alta del país, de un 44,3 por ciento, que supera en 17,7 puntos a la media nacional, que está en el 26,60%. Unos datos demoledores que han sido analizados durante toda la semana por los grupos políticos de la región y que irremediablemente han copado la actualidad informativa durante estos días.
Tras Extremadura, las regiones con la tasa más alta de riesgo de pobreza son Canarias (40,2%); Andalucía (37,3%); Ceuta (35,8%); Murcia (34,7%); Castilla-La Mancha (33,9%); Comunidad Valenciana (31,3%) y Melilla (29,4%),
En el otro extremo se encuentra Navarra, con la tasa más baja de riesgo de pobreza, del 13,5 por ciento; seguida de La Rioja (14,4%); País Vasco (14,5%); Aragón (15,8%); Asturias (17,2%); Castilla y León (18,4%); Cataluña (19,4%); Cantabria (20,5%); Madrid (20,6%); Galicia (22,6%) y Baleares (24,7%).
Ganancias insuficientes
Con motivo de la celebración el pasado miércoles 17 de octubre del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social presentó el 8º Informe que la organización emite de forma anual y en el que se destaca la enorme desigualdad que existe en el territorio.
El documento se apoya en el indicador europeo AROPE, basado en tres variables, como son la tasa de riesgo de pobreza (ganancias económicas que no superen el 60 por ciento del ingreso nacional medio), la baja intensidad del empleo en los hogares y la privación material severa.
El indicador AROPE se basa en tres variables: tasa de riesgo de pobreza, empleo y privación material severa
Las diferencias entre el conjunto de regiones de la mitad norte y la mitad sur se incrementaron un 36,1 por ciento en 2017 respecto al año anterior, pese a la reducción en el último año de esta tasa a nivel nacional en 1,3 puntos porcentuales.
Esta distribución de la tasa AROPE supone «la expresión de una gran diferencia territorial», que lleva años produciéndose y se ha intensificado desde 2011. La diferencia entre las comunidades autónomas que ocupan los extremos alcanzó su máximo el año pasado hasta los 31,6 puntos porcentuales. La tendencia muestra que la desigualdad territorial se viene intensificando desde el año 2011.
El comportamiento de la tasa AROPE fue especialmente positivo en Castilla y León, donde se redujo 4,8 puntos porcentuales, La Rioja (-3 puntos) y Cantabria, Aragón, Ceuta, Galicia, Castilla-La Mancha y Andalucía, todas ellas con retrocesos superiores al 10 % de su tasa anterior.
Por otra parte, se incrementó en la Comunidad Valenciana, Navarra, Cataluña, Extremadura y Baleares. En estas dos últimas el comportamiento del indicador fue «especialmente duro», con incrementos de 8,5 y 5,6 puntos porcentuales, respectivamente.
Canarias, Valencia y Andalucía mantienen los porcentajes más elevados de población en pobreza severa, las tres regiones por encima del 9%. Los porcentajes más bajos se registran en La Rioja, Cantabria y Aragón, con cifras del 1,9%, 2,2% y 2,4% respectivamente.