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Cánovers /
CONRADO GÓMEZ

La semana pasada dos diseñadores, hermanos, demandaron al Partido Popular por apropiación indebida de la marca “Hacemos Extremadura”, más concretamente de su plasmación gráfica: un emblema circular con los colores de la bandera extremeña. Los hermanos Rodrigo y Hernán Pacheco Puig habían registrado el diseño en 2010. Su sorpresa fue mayúscula al comprobar que el gobierno de Monago había hecho suyo el símbolo de cara a la campaña electoral. Pero aún se quedaron más ojipláticos cuando leyeron declaraciones del mismísimo presidente que reconocía haber sido él mismo el diseñador. No vamos a ser malpensados. Vamos a pensar que ambas creaciones fuesen simultáneas. Vamos incluso a considerar que los hermanos Puig y Monago estuvieran conectados en el plano astral por su afición al diseño gráfico. ¿Cómo se resuelve algo así? Mucho me temo, que habiendo registrado los hermanos Puig la marca es el gobierno y el PP los que deben rectificar y reconocer que el diseño no les pertenece. ¿O no cumplimos la ley de propiedad intelectual? Parece inconcebible que todo un equipo de asesores no haya comprobado antes si estaba registrado en la OEPM (Organización Española de Patentes y Marcas), de la misma forma que cuando registramos un dominio antes chequeamos que está disponible.

Si persiste, el PP demuestra una falta absoluta de respeto por las creaciones si se niega a reconocer lo que es obvio. Más allá de la compensación económica —que debe haberla—, por vulnerar la ley por la que nos regimos todos, pues con el registro de la marca automáticamente pasa a considerarse “propiedad privada”.

¿Pero qué es copia y qué es original? Toda vez que el PP ya se ha apropiado de una imagen ajena, ¿cómo retoman los hermanos Puig un diseño que se ha explotado políticamente? ¿Tiene posibilidad la marca de tener uso más allá de la ideología política? Una marca es todo lo que proyecta y no es nada sin ello. Por eso la marca, aunque haya nacido de las cabezas de estos dos diseñadores (uno es abogado y el otro médico) ya nunca más les pertenecerá. He ahí la gran cuestión. Ha sido mancillada.

¿Y qué diferencia existe entre algo inspirado en, parecido, copia o plagio? Básicamente en la intención con la que se perpetre un acto. No tenemos todos los datos para afirmar categóricamente que se ha cometido plagio, porque ambos diseños pueden ser coincidentes más allá del tiempo y el lugar. Pero si podemos afirmar con total rotundidad que han cometido una nefasta negligencia que acaba con el futuro que estos dos hermanos tuvieran para su marca.

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