Desde mi ventana
Carmen Heras

A raíz de una serie de actividades culturales que han pasado a celebrarse en otro lugar distinto del que siempre tuvieron, llevo un tiempo considerando que todo ello puede ser el inicio de una descentralización/desconcentración, suave y encubierta, dentro de un mismo territorio. Hay varios ejemplos para dar fe de ello. La España “vacía” y la España “llena” que buscan autorregularse, de manera un tanto intuitiva y aún careciendo de normas escritas, de la mano de aquellos alcaldes más visionarios o cuando menos, más decididos que el resto.

Leo un artículo reciente de J.A. Zarzalejos hablando sobre lo interesante de hacer un debate sosegado sobre estas cuestiones, utilizando como referencia una posible descentralización/desconcentración (son términos distintos) desde Madrid a otras provincias. Situando en éstas algunas de las instituciones o agencias que ahora se encuentran -o podrían en un futuro encontrarse- en la capital, existiría la posibilidad de proporcionar a otros lugares un aumento en prestaciones y recursos humanos y con ello un apoyo real a su economía. Al tiempo, se descarga a los madrileños de ese peso inducido (no existe la cara sin cruz) que llevan desde hace tiempo, equivalente a recoger toda clase de conflictos y reclamaciones derivados de la propia ubicación allí de sedes de organismos nacionales. No es fácil.

No tengo claro si el asunto es algo más que una mera declaración de intenciones (el Presidente del Gobierno y algunos dirigentes autonómicos han hablado últimamente, sobre ello), ni si sería una buena medida la de jugar a “la quita” en unos lugares para la “recogida” en otros; pero sí veo pertinente una sólida reflexión y un debate a fondo sobre ello. Siguiendo pautas de lo realizado por la Unión Europea en relación a sus sedes, el Gobierno ya ha anunciado posibles convocatorias públicas para que las autonomías, que lo deseen, puedan optar a ellas y solicitar el enclave de unos u otros entes en sus territorios.

También el Psoe, que celebra este fin de semana su Congreso Federal tratará estas cuestiones con enmiendas en la Ponencia central de cónclave ¿Se trata solo de implantar posibles nuevos entes administrativos? ¿O de redistribuir entre el centro y la periferia algo de lo ya existente? Oyendo a la Ministra Portavoz más parece lo primero que lo segundo. ¿Habrá trasvase entre las zonas urbanas y las que no lo son? En territorios con amplia base rural, hace tiempo que los límites entre unas y otras son bastante difusos, pues el estilo de vida y la posesión normalizada de, al menos, un vehículo propio, permite los desplazamientos cotidianos entre lugares cercanos, bien sea para trabajar, vivir o divertirse.

Si de veras se diese una redistribución equilibradora y sin reivindicaciones lastimeras, de unos lugares para con otros, ¿se repartiría, riqueza o pobreza? ¿Todos “ricos”? ¿o todos “pobres”? Pues de eso se trata. El asunto dista mucho de ser baladí en tiempos de grandes polarizaciones entre quienes defienden a ultranza lo nacional y aquellos que trabajan por una total implantación del federalismo en España.

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