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«Dejamos libertad absoluta a los redactores a la hora de plantear propuestas»

Profesionalmente, ninguno de los creadores de Jot Down es periodista. Solo querían crear un medio que publicara piezas que a ellos les molaran. Con espontaneidad, una plantilla de wordpress y mucha vocación literaria surgió esta publicación, que en pocos años se ha convertido en todo un fenómeno dentro del panorama de los medios de comunicación, donde los cabeceras-dinosaurio se desangran, mientras los nuevos modelos de negocio del periodismo florecen con fuerza.

  

Entrevistas y textos largos y artículos con puntos y comas. En la era del consumo rápido, explíquenos el éxito del fenómeno Jot Down…

Pues tiene que ver con hacer las cosas de forma honesta y decidida sin partir de unas supuestas normas de lo que deben de ser los textos en internet. A nosotros nos gustan los textos en profundidad, entretenidos, rigurosos y que transmitan pasión y parece que esta forma de contar las cosas tiene más seguidores de los que a priori se hubiera sospechado.

 

Detrás de Jot Down no hay ningún periodista. A lo mejor ahí está una de las claves del éxito…

Sí que hay periodistas aunque no en el equipo fundacional. En el arranque no los hubo y ese desconocimiento sectorial es el que nos permitió actuar con frescura y decisión en un mundo que desconocíamos.

 

Irrumpisteis en la web, pero vuestro modelo de negocio se sustenta en el papel (en plena crisis del periodismo escrito). ¿Es rentable Jot Down?

Más que rentable diría que de momento es viable, aunque dependemos de muchos factores y no sabemos cuándo podemos dejar de serlo. Nuestra mayor fuente de ingresos es el papel aunque también tenemos algo de publicidad; el modelo de negocio hay que verlo en su conjunto: se vende el papel porque hay una comunidad digital enorme.

 

«Aspiramos a ser el New Yorker español» habéis comentado en alguna ocasión. ¿Cómo va esa apuesta? ¿Qué espacio les queda por cubrir? ¿Hay mercado en España para este tipo de periodismo literario?

Hemos conseguido tener una marca bien valorada en poco tiempo que presume de tener una voz propia, en ese sentido nos queremos parecer al New Yorker. Luego ya en los contenidos propiamente aún nos queda mucho camino por recorrer.

 

¿Quién conforma la audiencia de Jot Down?

Nuestro target son principalmente personas de ambos sexos entre 25 y 45 años que tienen inquietudes culturales y que no están polarizados ideológicamente. Se necesita cierta capacidad de reflexión y crítica, porque abordamos temas complejos en ocasiones desde enfoques opuestos.

 

Savater, Enric González, Maruja Torres… Son nombres populares que no salen en televisión y firman (o han firmado) en Jot Down. ¿Tan raros sois?

No somos raros, lo que si hacemos es dejar libertad absoluta a los redactores a la hora de plantear propuestas y desarrollarlas.

 

Como editor, ¿se ha dado el gusto de rechazar el texto de algún autor popular?

Cuando hemos rechazado a algún autor (popular o no) ha sido porque su propuesta no encajaba con nuestra línea editorial, nunca por gusto.

 

Desde la trinchera del periodismo independiente, ¿cómo observa la deriva (decadencia) de las grandes empresas periodísticas de este país?

En mi opinión los nuevos medios independientes están compensando a la prensa oficialista en cuanto a credibilidad y entusiasmo, lo que a su vez está haciendo que esta prensa cercana al gobierno y/o los grupos de poder se ponga las pilas. En ese sentido creo que las cosas están mejorando.

 

Eduardo Villanueva/

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