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De Cáceres de toda la vida /
JOSÉ MARÍA SAPONI

Ya están funcionando los ayuntamientos, cierto que algunos a trompicones y cometiendo verdaderas “tropelías” que dejan atónitos a los ciudadanos, y ya se ha terminado el ir y venir y los “trapicheos “y los encuentros, en los que aquellos que se han encontrado con un “capital” electoral inesperado, han impuesto condiciones y exigencias a quienes habían ganado las elecciones.

Por ejemplo y por no ir más lejos, en Cáceres y en Badajoz, varios contactos se han celebrado, me consta que se ha ejercido una importante presión hacia los candidatos de las respectivas Alcaldías que ganaron las elecciones, aunque con mayoría simple, pero indudablemente han ganado´, y por razón de no tener una ley electoral similar a la de los países europeos de más solera democrática, han tenido que soportar esa dura presión y un protagonismo de aquellos cuyos votos se necesitaban.

Con la abstención del Grupo “Ciudadanos”, han sido proclamados los números unos de las listas más votadas, Francisco Javier Fragoso, Alcalde de Badajoz y Elena Nevado, para Alcaldesa de Cáceres, con sus propios votos, que han demostrado un temple y una firmeza en la defensa de lo que representaban y estaba en sus responsabilidades. En Cáceres hay que hacer notar la abstención del grupo de izquierda “Cáceres eres tú”, que también se abstuvo y utilizó aquella formula que ya utilizó Izquierda Unida al momento de prometer el cargo con lealtad al Rey, que volvieron a utilizar con la fórmula inventada por ellos mismos de “Por imperativo legal”, ¿Qué imperativo legal? Si lo que está regulado es otra cosa y además en la propia ley de régimen local.

Los presidentes deben ser elegidos en las urnas y no en los despachos

Se puede decir, que nada nuevo ha sucedido en este aspecto, pero lo que sí ha sido novedoso, es el largo y pienso que “proceloso” camino, que ha recorrido el Partido Popular y Elena Nevado, para hacer suyas las propuestas o “ exigencias” del grupo de Albert Rivera, sobre todo en cosas tan” trascendentes” como dejar el puesto de Senadora para el que había sido elegida democráticamente en el año 2011, o la exigencia de que no lleve a los funcionarios de policía local cerca de ella, para auxiliarla o protegerla de algún inconveniente en sus tareas.

Si José Antonio Monago hubiera ganado las elecciones, después de gobernar cuatro años, con eficacia, por cierto, tendría que cumplir algo a lo que se comprometió en la campaña electoral, el había manifestado públicamente su deseo de modificar la Ley Electoral de Extremadura, al objeto de que gobierne la lista más votada, en una o dos votaciones. “Los presidentes deben ser elegidos en las urnas y no en los despachos”.

Sería sin duda un acierto, objetivamente hablando, y es el deseo de muchos ciudadanos, que desean alcanzar un mayor protagonismo al participar en unas elecciones. Ya nos hemos encontrado otra vez con la misma situación, aquellos que pierden las elecciones se juntan y entre todos eligen a los Alcaldes o a los Presidentes.

La propuesta de José Antonio Monago, mejoraría el sistema democrático, y ya fue llevada en varias ocasiones al Parlamento de Extremadura y nunca se alcanzó un acuerdo entre los grupos políticos allí representados, estos desacuerdos han traído como consecuencia que en algunas instituciones gobiernen los grupos políticos perdedores.

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