Si te viera Schopenhauer /
SERGIO MARTÍNEZ

Hay cosas que pueden ser menos útiles y tengan tanta repercusión como el discurso del rey. Lo dudo. El poco interés que han tenido en la audiencia este año así lo denotan. Es curioso que los que valoran y más pendientes están del mismo son los propios partidos políticos y los periodistas que se molestan en analizarlo desde un punto de vista semántico, formal y hasta en clave de color. Este año dicen que con el rojo, nuestro querido Juancar quería mostrar fuerza y energía. Pues qué bien.

Y es que hubiese sido un detalle genial que nuestro monarca hablara sin pelos y señales, que condenara el menoscabo de derechos que está realizando el gobierno de Rajoy desde su intocable mayoría absoluta. Pero claro, si es que su discurso se pacta con el gobiernos, así que como va a defender Juan Carlos a los ciudadanos de su gobierno si el discurso se plantea para defender las acciones del mismo. Mientras, la sanidad y la educación pública, la libertad de expresión y manifestación o el aborto quedaran en sólo en la memoria de los ciudadanos. Pero para que va a defender el rey estos derechos si sus nietos van a escuelas privadas o concertadas, el se opera cada vez que le hace falta, y sus hijas, cuñadas o nietas tienen dinero para abortar en el país que le venga en gana. Y manifestarse, sinceramente, no creo que a la casa real les dé por ahí.

Luego está la parte de la corrupción. A muchos españoles les hubiera gustado ver a su monarca señalar y condenar  este mal endémico que afecta a España. Pero si partimos de que su familia no es ejemplo de nada y encima vemos que la casa real  se resiste a formar parte de las nuevas conductas y leyes de trasparencia, mal lo tenemos.

A mí personalmente me hubiera encantado un discurso cercano de verdad, de un monarca preocupado por su ciudadanía, pero desgraciadamente esto sólo ocurre en las películas. Mientras esta pantomima actual sólo nos deja ver una marioneta en manos del gobierno y entre eso, y su inestimable ayuda, la imagen del rey va deambulando por el fango cada vez con más celeridad.

Eso sí, quedó bien claro que los españoles tenemos que seguir juntitos trabajando en este invento que se llama democracia y que nuestros representantes públicos se encargan cada día más en destrozar. Hoy ando cabreado porque cada vez más me indigna lo que sucede en este país de gaita y pandereta. Pero voy a ir acabando que el flexo consume mucho y encima me vas a subir la luz. Lo dicho, el año que viene esperaré ansioso a saber qué color elige el rey para su corbata. Igual elije verde y quiere darnos esperanza.

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