El Valle del Jerte gana el concurso convocado por Antena 3.
De blanco o de ocre, el Valle del Jerte siempre se tiñe de colores especiales. El Valle del Jerte ofrece un espectáculo natural inigualable no solo durante el cerezo en flor, sino también durante los meses de otoño. Y así lo han corroborado los 50.000 votos que ha recibido este inigualable paisaje en el concurso convocado por la cadena generalista Antena 3.
Su mayor competidor ha sido, precisamente, otro valle cacereño, el Ambroz, cuya postal otoñal ha logrado aglutinar más de 20.000 votos favorables, a través de la web oficial que gestiona el grupo Planeta.
El bronce se lo ha llevado el hayedo de La Pedrosa, en la localidad segoviana de Riaza, que ha arañado los 10.000 votos.
En segunda posición queda el Valle del Ambroz y el hayedo de La Pedrosa, tercero
La selva Irati, uno de los mayores bosques de haya y abeto de Europa también se encuentra en esta lista de paisajes otoñales y ha quedado en cuarta posición.
El popular rojizo de los viñedos de La Rioja se ha tenido que conformar con la quinta posición.
Otras estampas
El bosque navarro Quinto Real, el Monte Perdido de Huesca, el parque del Retiro, la malagueña senda Caminito del Rey, la sierra de Alcaraz de Albacete o la vallisoletana Medina de Rioseco también han aportado bellas postales de otoño a este singular concurso.
A través del hashtag #MejorPaisajedeOtoño los internautas han dado su opinión y han mandado fotos para corroborar su idea de estampa otoñal. El concurso ha recibido más de 120.000 votos.
Jerte y Ambroz. Ambroz y Jerte, que acaban de despedir la Otoñada 2014, se coronan como las dos postales españoles por excelencia donde contemplar los tonos ocres y los cielos plomizos. El plan perfecto para extremeños y visitantes, con multitud de opciones de cultura, naturaleza, gastronomía y turismo activo que las comarcas han ofrecido en esta época del año.
En 2015, la Otoñada volverá a colorear ambos valles y quizás este concurso haya servido para potenciar el turismo de la zona. Una zona por la que pasear entre cerezos, castaños y robles. Una zona por la que recorrer rutas que se despliegan por antiguos cordeles de trazados medievales; caminar por calzadas romanas y atravesar puentes renacentistas.
