Cánovers / Conrado Gómez

O lo que es lo mismo: espíritu navideño. Uno sale de su casa pensando que es un día como otro cualquiera y su ascensor no es el mismo. No suenan Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, sino los mejores éxitos navideños de Mariah Carey (o “maraia”, como dice tu cuñado el de Bristol). En la calle la gente es más efusiva. No los ves por lo menos desde la semana pasada, pero en estas fechas tan entrañables “love is in the air” y vuelan los abrazos, los besos y los mejores deseos. Sabes que dura poco. En enero como si nada. A veces piensas que los centros comerciales sueltan por los conductos de aire acondicionado feromonas capitalistas que incitan a comprar y quererse más. Los jingles pueden ser muy dañinos.

Sigues andando calle arriba esperando encontrarte a ese tipo que solo se prodiga en Navidad, Semana Santa o el WOMAD. Parece que el resto del año vive en catacumbas con toneladas de víveres almacenados. Esa especie se caracteriza porque monopoliza tu Xtmas time. Si te ve en las cañas de Nochebuena te absorbe como si llevara todo el año con ganas de verte. Si lo ves en fin de año se tomará contigo las copas que hagan falta porque es tu colega, y lo sabes. ¿Y la decoración? Al principio era solo un Belén —más o menos profuso en personajes— o un árbol. Ahora hemos importado tradiciones como la de Santa o el ‘black friday’ prenavideño que nos obliga a visitar a IKEA con asiduidad. Quizás deberíamos celebrar todos allí estas fechas, pero dentro. Durante un par de semanas los sentimientos nos desbordan. Las cenas opíparas llenas de mariscos, embutidos y redondos de ternera. Sopas, cremas y ensaladas. Turrones, mazapanes y champán. No pasa nada, porque el gimnasio en enero es una buena opción. Y ya saben: “si con el exceso viene el sobrepeso ya mismo hago un receso”. Y las películas. Nos inundan los mismos paquetes navideños que deben tener comprados desde hace años las televisiones y esperan ansiosas a que lleguen estas fechas para calzarlas en las parrillas a toda hora. Hay veces que parece el discurso del Rey, que se repite en todas las cadenas y no hay zapping que lo evite. Disfruten de estas fechas. En familia o tranquilos.

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